
El costarricense Sergio Masís Mata, extraditado desde Estados Unidos en setiembre del 2006, pagó ¢61,5 millones para evitar que lo llevaran a juicio por administración fraudulenta.
Aunque por ese arreglo resultó absuelto en esa causa, no pudo gozar de su libertad, pues tenía pendiente una condena de 11 años de cárcel por uso de documento falso con estafa.
De ahí que su defensor, José Francisco Masís, ha acudido a varias instancias judiciales pues alega que la extradición fue concedida en razón de la primera causa y no por el asunto fallado.
A Masís –detenido en Tampa, Florida, en junio del 2006– lo acusaron cinco vecinos de Cartago por haber perdido unos ¢400 millones (según sus cálculos) mediante créditos hipotecarios.
“Quedó demostrado que él no se robó ninguna propiedad y que el perjuicio no era tan grande como se dijo”, afirmó el defensor.
Masís llegó a un acuerdo con los ofendidos que incluyó la entrega de una propiedad en San Rafael, Oreamuno –valorada en unos ¢35 millones–, $3.000 y ¢25 millones.
Ante ese arreglo, el pasado 13 de abril Masís fue absuelto.
Aunque un juez ordenó que lo liberaran, lo remitieron a la cárcel de Cartago para que comenzara a descontar la pena de 11 años de cárcel que el Tribunal de Juicio de esa ciudad le impuso por uso de documento falso.
Pugna. A Sergio Masís Mata el Tribunal de Juicio de Cartago lo condenó el 25 de noviembre de 1998. Su abogado indicó que lo sentenciaron por retener poco más de ¢1 millón que los ofendidos le entregaron como garantías hipotecarias.
No purgó ni un solo día de prisión, pues días después Masís se machó a Estados Unidos.
Tras su aprehensión, el juez estadounidense Mark A. Pizo concedió la extradición.
“En los tratados de extradición existe un criterio de exclusividad. Es decir, la persona solo podrá ser llevada al país requirente por el delito por el que fue solicitado y en esa causa lo absolvieron. En la petición de extradición no se incluyó la sentencia”, consideró el defensor.
El Consejo Superior del Poder Judicial avaló el envío a cárcel.