Un minisúper ubicado en el centro de San José escondía debajo de un piso de madera, detrás de máquinas tragamonedas y en lavadoras, paquetes con cigarrillos introducidos de contrabando.
El hecho lo descubrieron, este jueves, oficiales de la Policía de Control de Fiscal (PCF) que además advirtieron que ese tipo de almacenamiento insalubre podría causar otros problemas de salud a los consumidores.
Tanto en el minisúper como en una soda que está contigua las autoridades decomisaron un millón y medio de cigarrillos. La mercadería también estaba camuflada detrás de máquinas tragamonedas y lavadoras.
Los dos negocios se ubican en avenida 8 entre calles 3 y 5, en el centro de San José, informó la PCF, que es una dependencia del Ministerio de Hacienda.
Proceso
Irving Malespín, director de la PCF, comentó que el descubrimiento de los cigarrillos fue posible gracias a una acción operativa de rutina que inició el pasado miércoles a la 1 p.m.
Precisó que ese día, oficiales de la policía y personeros del Ministerio de Salud llegaron al minisúper, para realizar una inspección por la venta de licor que, al parecer, es de dudosa procedencia.
El dueño del negocio, de apellido Martínez, se opuso al ingreso de las autoridades razón por la cual se solicitó una orden de allanamiento.
Sin embargo, el juez penal que atendió la solicitud negó otorgar el permiso alegando que no había elementos suficientes para presumir que el establecimiento se estuviera usando para cometer un ilícito.
Malespín manifestó que, pese a la negativa, oficiales mantuvieron el negocio bajo vigilancia y durante la noche observaron movimientos extraños. Incluso vieron salir por la soda, que es colindante, a dos individuos que estaban trabajando en el minisúper.
La mañana de este jueves, los oficiales intervinieron en la soda y fue cuando descubrieron decenas de cajas de cigarrillos de contrabando.
Asimismo, localizaron cerca de 1.000 botellas de licores cuya venta fue prohibida por el Ministerio de Salud, las cuales estaban vacías. Las autoridades sospechan que el contenido lo botaron en alguna pila.
También observaron que entre ambos negocios hay una puerta interna que les sirve de conexión.
El director de la Policía Fiscal manifestó que, este jueves, solicitaron de nuevo el allanamiento al minisúper y, en esta ocasión, el juez lo concendió.
Además de los cigarrillos, también encontraron pistolas nueve milímetros, caragadores y munición. Las armas no se encontraban inscritas.
De acuerdo con el informe policial, el propietario del negocio enfrenta un proceso judicial por el delito de contrabando fraccionado, hecho que está regulado en los artículos 211, 212 y 213 de la Ley General de Aduanas.
A él se le atribuye que en un plazo de 12 meses se le ha decomisado en varias ocasiones mercadería cuyo valor aduanero es inferior a los $5.000. Sin embargo, al sumar el valor de todos los decomisos la cifra resulta superior a $5.000.
Este tipo de acción anómala es sancionada con una pena de cinco a quince años de prisión y una multa equivalente a cuatro veces el monto del valor aduanero de las mercancías decomisada.