La disparidad de temperatura entre el lago cratérico del volcán Poás y la atmósfera produjo un torbellino que duró aproximadamente un minuto en el lago hiperácido de este volcán en Alajuela, cuyo cráter se encuentra a 2.708 metros sobre el nivel del mar y es uno de los destinos turísticos más visitados en el país.
Las cámaras de videovigilancia del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori) capturaron el fenómeno meteorológico alrededor de las 6:30 a. m.
Torbellino en el cráter del volcán Poás
Según Javier Pacheco, el lugar donde se formó el torbellino coincide con una fumarola activa que se encuentra bajo el agua. Cuando la temperatura del agua en ese punto se combina con la temperatura fría del aire en la atmósfera, se genera un ascenso del aire caliente que gira y forma el torbellino.
Cuando el torbellino pasó sobre la extensión de rocas volcánicas que se creó durante la erupción de una fumarola lateral del cráter el año pasado, perdió fuerza y luego salió hacia el noroeste antes de desaparecer.
En la actualidad, el volcán Poás solo exhibe actividad residual del último ciclo eruptivo, junto con una sismicidad local que se registra en los instrumentos de medición en forma de señales sísmicas conocidas como “tremores”.
Estos torbellinos no representan ningún riesgo en el Parque Nacional, ya que se limitan al lago y pierden energía al tocar tierra, dado que el único punto de calor proviene de las fumarolas bajo el agua y a los lados del cráter.
El 20 de octubre del 2020 otro fenómeno similar ocurrió en ese volcán que presentaba una fisonomía diferente a la que se ve en la actualidad, producto de erupciones recientes.
Estos fenómenos también ocurren sin necesidad de agua, cuando dos masas de aire con temperaturas distintas se encuentran, tal como sucedió el 28 de setiembre en San Isidro de Heredia. Debido a que es una zona habitada, se produjeron daños en los techos de las viviendas e incluso en la iglesia local.
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