Los Chiles. Oficiales de la Policía de Fronteras detuvieron a un individuo cuando intentaba sacar a un menor de 15 años del país de manera ilegal por el sector fronterizo de Tablillas, en Los Chiles, Alajuela.
El arresto lo hicieron los policías el viernes, cuando las dos personas caminaban por la montaña con intención de pasar a territorio nicaragüense.
El menor narró a las autoridades que había contactado al hombre, de apellido Alvarado y 43 años, cuando se encontraba en el mercado de Los Chiles, para que lo llevara de manera ilegal a Nicaragua.
Según la Policía de Fronteras, el muchacho admitió que había pagado una suma de dinero no dada a conocer para que lo trasladaran, primero en carro y luego a pie por la montaña, hasta territorio nicaragüense.
Al parecer, el adolescente, hijo de nicaragüenses que viven en Costa Rica, hizo el viaje sin la autorización de sus padres.
El menor fue llevado a la Fiscalía Penal Juvenil, donde se le recibió una declaración en la modalidad de anticipo jurisdiccional, confirmó el fiscal de Los Chiles, Randal Miranda.
El fiscal dijo que a Alvarado se le abrió una causa penal como sospechoso del delito de tráfico ilícito de personas.
Explicó que la Ley General de Migración y Extranjería, en el artículo 249 bis, establece una pena de 6 a 10 años de prisión a quienes faciliten el paso ilegal de personas “cuando el migrante sea menor de edad”.
El Juzgado Penal de San Carlos dejó en libertad a Alvarado por considerar que tiene arraigo en el país, pero le prohibió salir de Costa Rica y le impuso la obligación de firmar una vez cada 15 días en el Ministerio Público.
Alerta. Este caso trasciende en momentos en que Migración comunicó que 6.012 extranjeros pasaron por el país el año anterior en su recorrido desde Suramérica hacia los Estados Unidos.
Dicho traslado lo hicieron, según dijo la directora de Migración, Kathya Rodríguez, con el apoyo de coyotes.
Sobre este asunto, Mauricio Boraschi, fiscal adjunto contra la trata de personas y tráfico ilícito de migrantes, manifestó que efectivamente conocen la situación y se mantiene un constante intercambio de información con autoridades de otros países.
Boraschi dijo en un comunicado de prensa que el grave problema en estos casos “es que el migrante no quiere denunciar, pues vienen amenazados por los mismos traficantes y temen por sus familias (...) y, además, adquirieron una gran deuda con la organización que los trafica”.