Un caballo mató de una patada al peón que llegó a alimentarlo la mañana del lunes en una cuadra de San Nicolás de Cartago.
El golpe resultó fulminante para Carlos Alberto Zúñiga Ruiz –de 60 años–, un pensionado quien aceptó cuidar por unos días los animales de un conocido.
Los cascos del animal lo golpearon en el pecho y en la cabeza. “Ese animal es muy brioso. Él (Zúñiga) lo sacó para limpiar la cuadra y alimentarlo, pero se le soltó de la rienda. Al agacharse para juntarla el caballo le lanzó una patada”, contó José Rodrigo Garita, quien es yerno de la víctima.
El caballo estaba inquieto por la cercanía de una yegua en celo. Para meterlo al corral fue necesaria la ayuda de varios lugareños.
“Estaba furioso. Cuando llegamos daba vueltas alrededor del cuerpo. Hubo que amarrarlo con varios mecates”, agregó Garita.
Durante la visita de La Nación a la cuadra, el animal lanzó patadas.
El peón llegó temprano al trabajo pues quedó en reunirse con su familia para preparar el almuerzo del 25 de diciembre.
“Era una persona muy trabajadora y dedicada a su casa. Le encantaba la música ranchera”, agregó el yerno. Zúñiga, quien deja cuatro hijos –todos mayores de edad–, residía en el barrio Nazareth, en Taras de San Nicolás, Cartago.
De acuerdo con Jesús Zúñiga, uno de sus hermanos, el hombre había sobrevivido a dos paros cardiorrespiratorios que lo obligaron a pensionarse.
Sus familiares detallaron que la cuadra pertenece a una familia de apellido Leitón. El animal nunca antes había dado problemas a Zúñiga, dijeron sus parientes.
Otro deceso. La tarde del 25 de diciembre quedó al descubierto otra muerte accidental.
Durante dos días y en forma ininterrumpida los vecinos del barrio Zárate, en Bello Horizonte de Escazú, escucharon un ruido que provenía de la casa de Marco Antonio Rodríguez Calvo, de 43 años.
Extrañados, dieron aviso a sus familiares, quienes lo encontraron muerto en el baño.
“Yo le decía a mi esposa: ¿qué será lo que suena en esa casa? Creí que era un compresor, pero me llamó la atención que durara tanto”, contó Luis Eduardo Fernández, un vecino. Era la ducha.
Rodríguez, un agente de cárceles del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), yacía en el baño.
El oficial, al parecer, se resbaló al recibir una descarga eléctrica mientras manipulaba una ducha, informó el agente de la Fuerza Pública Álvaro Marín.
La víctima sufrió una lesión en el cuello. Las autoridades encontraron sangre en el sitio.
De acuerdo con el reporte de la Cruz Roja, entre el día 24 y ayer 11 personas perdieron la vida como consecuencia de cinco accidentes de tránsito, tres homicidios y dos ahogamientos. Colaboró el corresponsal Fernando Gutiérrez