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José Trejos fuma marihuana desde los 16 años, ahora tiene 53. Hasta hace dos años, cultivó sus propias plantas, lo que lo convirtió en un consumidor “autosuficiente”.
“La marihuana me ha ayudado a meditar, sentirme tranquilo, tener paz”, dice.
Para él, la marihuana es la opción más saludable frente al resto de estupefacientes o sustancias psicotrópicas. Por mucho tiempo fumaba a diario, pero ahora lo hace “cuando hay”, dice.
Este hombre asegura que el cannabis tiene un enorme uso medicinal, y considera un error la persecución que existe contra esta sustancia.
Por eso, se reunió con un grupo pequeño de manifestantes el 5 de mayo en la plaza de la Cultura para clamar en favor de la legalización.
Los defensores de esta droga persiguen como objetivo replantear y debatir las medidas represivas contra la marihuana.
Daniel Parra, por ejemplo, asegura que como consumidor de marihuana se le criminaliza socialmente, pues debe mezclarse con narcotraficantes para comprar la droga, lo cual en muchas ocasiones pone en riesgo su vida.
Parra manifiesta que, si bien en nuestro país no se penaliza el consumo de esta droga, cuando la Policía los encuentra fumándola se les decomisa.
Una reciente encuesta de Unimer para La Nación reveló que las expectativas de los ticos sobre una eventual legalización de las drogas no son buenas: 7 de cada diez creen que aumentaría el consumo, y 5 de cada diez prevén un mayor tráfico.
Prevención. En la otra acera, las autoridades antidrogas defienden que se mantenga penalizados la producción, almacenamiento y tráfico de la marihuana.
Para el director de la Policía de Control de Drogas (PCD), Allan Solano, se deben fortalecer la prevención e información desde las escuelas para alejar a los menores del consumo de cannabis.
Para él, la Policía es una parte de la respuesta, ya que otras instituciones también deben actuar con políticas de prevención.
Solano destacó, por ejemplo, la utilidad del programa DARE para promover en los niños y adolescentes habilidades para la toma de decisiones frente al uso y abuso de drogas lícitas e ilícitas.
Además, señaló la importancia de capacitar a los padres de familia para que detecten actitudes entre sus hijos que evidenciarían el consumo de drogas.
