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El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) destapó este martes una compleja operación de robo de combustible dentro del propio plantel de la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope) en Moín, Limón. En un megaoperativo con 600 agentes, la Policía descubrió tres tomas ilegales conectadas a los poliductos con válvulas especiales y mangueras de alta presión, que desviaban el combustible hacia una vivienda frente a playa Moín.
La conexión clandestina, de 800 metros de longitud, cruzaba por detrás de la propiedad estatal, atravesaba un canal del río Moín y pasaba bajo una carretera para llegar a una bodega. Dentro del plantel se halló una máquina que bombeaba los hidrocarburos hacia la casa.
Dentro de la vivienda estaban ocultos 16 tanques para almacenamiento de combustibles, motos acuáticas y tres vehículos todoterreno marca Can-Am, valorados en más de ¢17 millones, los cuales presuntamente eran utilizados para actividades de ocio de los miembros de la estructura criminal. Un peón que estaba en la propiedad fue detenido y trasladado al Ministerio Público para definir su situación legal.
Funcionarios implicados
Entre los objetivos de los allanamientos figuran tres funcionarios de Recope y un empleado de una empresa privada, quienes, en apariencia, colaboraban con las tres bandas en este negocio ilegal.
“Durante la línea de investigación, se pudo determinar que, en apariencia, esta actividad ilícita estaba siendo realizada en subgrupos y liderada por un sujeto de apellido Bell, otro de apellidos Soto Rivera, alias Gordillo, y un tercer masculino de apellidos Salas Cortés, alias Mafia”, detalló el OIJ.
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El hallazgo forma parte de una investigación más amplia que busca desarticular tres organizaciones criminales dedicadas al robo de hidrocarburos de Recope. Una de estas estructuras podría estar liderada por Gilbert Bell Fernández, alias “Macho Coca”, quien está detenido desde octubre por actividades similares.
De acuerdo con Recope, las pérdidas causadas por estas organizaciones ascienden a ¢5.000 millones. Este perjuicio no se había reportado antes, ya que el robo se centraba en la línea marina que conecta el puerto con la terminal de la Refinadora, y no en los poliductos que transportan combustible entre terminales. Según fuentes policiales, esta línea carecía de sistemas de control y monitoreo hasta abril de 2023.
“La activación del sistema permitió detectar movimientos irregulares en la línea, lo que llevó a la intervención. Sin embargo, la falta de control inicial facilitó que estas organizaciones operaran con impunidad durante años”, informó un representante de Recope.
En las operaciones participaron agentes de la Sección de Hurtos y la Sección de Legitimación de Capitales del Departamento de Investigaciones Criminales (DIRC) del OIJ en San José, además de otras oficinas de la Policía Judicial, el Ministerio de Seguridad Pública y la Fiscalía Adjunta Contra el Narcotráfico y Delitos Conexos.
