
Cartago. El sacerdote Minor Calvo Aguilar, exdirector de la desaparecida Radio María, goza desde ayer de completa libertad.
Así lo resolvió el Juzgado de Ejecución de la Pena de Cartago al fallar a favor del religioso, quien ya no tendrá que dormir, dos veces por semana, en un centro del Ministerio de Justicia.
Pese a ese beneficio, Calvo no podrá dirigir programas de radio ni tampoco encabezar actividades públicas multitudinarias.
“Eso es por el tipo de delito por el que fue condenado”, explicó ayer su abogado, Rodrigo Araya Solano, quien dijo estar “feliz y complacido” por la decisión.
A diferencia de otras oportunidades, en esta ocasión el religioso no quiso brindar declaraciones.
Pese a ello, permitió a varios reporteros gráficos fotografiarlo junto a su abogado cuando “celebraban” la decisión del Juzgado —con una taza de café— en una soda cerca de los Tribunales de Cartago.
El cura fue condenado a ocho años de prisión por estafa mayor agravada en perjuicio de quienes hicieron donaciones a la radio.
Dormía dos noches a la semana en un centro de confianza en Guadalupe, cantón de Goicoechea.
Espera trabajo. “El padre Minor por fin puede gozar de una libertad total y se reintegrará a la sociedad como siempre ha deseado”, afirmó su abogado. “Él vuelve a su vida normal”, expresó.
Según Araya, el sacerdote se pondrá a las órdenes de la Iglesia para que “le asignen las tareas que desee y las acatará como debe.
“Él no quiere involucrarse con programas de radio ni multitudes; eso ya pasó, tiene otros planes”, declaró el abogado. Aunque se le preguntó de qué tipo de proyectos se trataba, no quiso hablar del tema.
El sacerdote Calvo aún no puede oficiar misas ni confesar.
El cura descontó cuatro años y medio de prisión.
La ley permite al presidiario solicitar su liberación condicional tras descontar la mitad de la pena.
Calvo se encuentra incapacitado debido a unas llagas que se le forman en las palmas de las manos.
El 20 de agosto, en declaraciones que brindó a La Nación , negó que cobrara un salario por sus servicios a la Iglesia Católica. “Cómo le voy a cobrar, y menos una incapacidad, si no he trabajado”, comentó.
Calvo debía trabajó unos días, como parte de un programa establecido por las autoridades penitenciarias, en el archivo de la arquidiócesis de San José.
Dos días después le diagnosticaron los problemas de salud por lo cual ha estado incapacitado.
Sin embargo, gracias a la resolución judicial, ahora no está obligado a trabajar allá. El cura salió de la cárcel de San Sebastián el 26 de mayo anterior cuando lo trasladaron al “régimen de confianza”.