La Sala Constitucional declaró sin lugar un recurso de habeas corpus interpuesto por un hombre de 74 años que se quejó de un supuesto abuso policial de la Fuerza Pública, porque varios oficiales lo bajaron de un autobús cuando se dirigía hacia su vivienda. La resolución la tomaron por unanimidad los magistrados al señalar que la actuación policial estaba justificada pues “el tutelado olía fuertemente a licor”.
El caso analizado ocurrió el lunes 31 de enero pasado, cuando el accionante, a las 4:30 p. m., intentó tomar un autobús de la ruta de San Diego de La Unión, Cartago, mientras se encontraba en la parada frente al Terramall. Según el recurso que el quejoso presentó ante la Sala IV, ese día le hizo señas al conductor e intentó subir, pero el chofer le cerró la puerta.
“Ante mi enojo, me coloqué frente al bus para que me abriera. El chofer se negó diciendo que iba ‘tomado’. Posteriormente, me dejó subir, pero cuando iba pasando por la delegación policial se detuvo y los policías me bajaron y esposaron, aduciendo que el chofer los había llamado. Dentro de la delegación fui golpeado por la cabeza en ambos lados, por dos policías. Les decía que me quitaran las esposas porque me dolían mucho los brazos y el hombro derecho”, argumentó el accionante.
El recurrente pretendía, al presentar el habeas corpus, que hubiese una sanción hacia la Fuerza Pública, por lo que él consideraba un exceso en el accionar. La Sala, al divulgar los resultados de estos recursos, nunca revela el nombre de la persona involucrada.
Abraham Güix Madrigal, jefe de la Fuerza Pública de La Unión, explicó a los magistrados que la actuación policial se originó porque se recibió una alerta por medio del Sistema de Emergencias 911, donde se reportó un sujeto agresivo, dando problemas en la parada de autobuses de San Diego, frente a Terramall.
“Cuatro oficiales se apersonaron al lugar y el chofer de un autobús les manifestó haber montado a un pasajero en evidente estado de ebriedad, el cual se estaba comportando de forma violenta, insultando a otros usuarios, golpeando los asientos y ventanas del autobús, inclusive insultando al chofer. Los oficiales, al acercarse al sujeto, percibieron un fuerte olor a licor, por lo que solicitaron se bajara del autobús, a lo que accedió de forma voluntaria”, añadió Abraham Güix.
Según el jefe policial, el sujeto accedió a acompañar a los oficiales hasta la delegación donde se puso agresivo, alegando que no quería nada con la Policía y se alejó de la delegación por sus propios medios.
El magistrado Luis Fernando Salazar Alvarado, que se encargó de redactar el voto, señaló que, luego de analizar los acontecimientos, no lleva razón el recurrente pues “su detención se fundamentó en una noticia criminis vigente, la cual consistía en que estaba causando problemas y molestias a los usuarios y chofer de un autobús de la ruta San Diego”.
Asimismo, agregó: “estima la Sala que las actuaciones de los oficiales de la Fuerza Pública no fueron antojadizas. Según explica bajo juramento la Fuerza Pública, el recurrente nunca fue ingresado al área de celdas, ya que ni siquiera fue aprehendido, ni mucho menos agredido. Aunado a ello, debe tomarse en cuenta que, al momento de la actuación policial, el tutelado olía fuertemente a licor, por ello, la intervención de los oficiales se encuentra ajustada a derecho, especialmente porque se había recibido la denuncia telefónica que él mismo estaba causando molestias a varias personas en un autobús, debido a su condición etílica”.