
El magistrado Gílberth Armijo Sancho fue designado ayer como presidente de la Sala IV.
La elección de Armijo fue unánime por parte de los magistrados titulares de la Sala Constitucional, quienes reconocieron su amplia trayectoria en el Poder Judicial, confirmó la oficina de prensa de La Corte Suprema de Justicia.
El jurista sustituye a Ana Virginia Calzada, quien se jubiló el 12 de abril del año pasado, tras laborar 24 años para el Poder Judicial.
Calzada ocupó la presidencia de la Sala Constitucional por un periodo de cinco años, primero como interina y luego en propiedad.
Uno de los casos que deberá resolver Armijo es el relacionado con la denuncia presentada por un periodista del Grupo Extra por supuesto espionaje por el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) y la Fiscalía, luego de que realizó publicaciones sobre dos secuestros.
En la actualidad, Armijo es profesor en la Universidad de Costa Rica (UCR) y en la Universidad Estatal a Distancia (UNED).
El 22 de noviembre del año anterior, formó parte de los cientos de funcionarios que marcharon en apoyo al también magistrado Fernando Cruz Castro, a quien 38 diputados no lo reeligieron, acuerdo que fue dejado sin efecto por la Sala Constitucional.
Experiencia de tres lustros. Armijo ingresó a laborar en el Poder Judicial en el año de 1981, donde ocupó diversos puestos. Destacó por su visión de defensa de los derechos humanos y fundamentales.
El 17 de abril del 2002, la Asamblea Legislativa lo eligió como magistrado propietario de la Sala Constitucional. Se resaltó su capacidad en materia penal, procesal penal, penal juvenil, garantías constitucionales y temas relacionados con el ambiente.
Desde junio del 2013 ejercía como presidente interino de la Sala Constitucional.
Gílberth Armijo es graduado en Derecho por la Universidad de Costa Rica (UCR).
Obtuvo el doctorado en la Universidad Carlos III de Madrid, España, y es especialista en Ciencias Penales y temas relacionados con el ambiente. Ha sido galardonado con los premios “Alberto Brenes Córdoba” en 1996 y el premio “Ulises Odio Santos” en 1998.
Ambos premios reconocen publicaciones jurídicas que han dado un aporte trascendental al estudio de las ciencias jurídicas. Su obra se resume en 9 libros, así como 12 publicaciones colectivas.
