Un Tribunal Federal de San Diego, California, Estados Unidos, acusó a 18 personas por vender fármacos que requieren receta médica a través de una empresa costarricense en Internet, sin examinar al paciente.
El documento presenta 313 cargos por los delitos de fraude organizado, lavado de dinero, fraude por correo, distribución de drogas y asociación delictiva.
Así lo anunciaron en San Diego, Alice S. Fisher, asistente de la División Criminal del Fiscal General de Estados Unidos, y Karen P. Hewitt, fiscal del Distrito Sur de California, según un cable de la agencia de noticias AP .
En la copia de la acusación, que se encuentra en la página en Internet del Departamento de Justicia de Estados Unidos, involucra a la empresa Affpower, cuya sede está en San José, Costa Rica, y dice que el administrador es Mark Anthony Heredia.
Este hombre, de origen estadounidense, tiene residencia en Costa Rica desde el año 1997.
La Nación localizó por teléfono a su esposa (se reserva su nombre porque ella no figura en la acusación), quien explicó que él no está interesado en dar declaraciones.
Modo de operar. En la acusación consta que desde agosto del 2004 a junio del 2006, la empresa Affpower recibió de clientes de 50 estados norteamericanos un poco más de un millón de pedidos para fármacos de uso legal como píldoras para la dieta, pastillas anticonceptivas, entre otras, que generaron $126 millones de ingreso bruto.
Alice S. Fisher explicó que el método usado representa una amenaza para la salud pública porque supuestamente los implicados no dieron ningún control médico al prescribir los medicamentos.
Según la acusación, Affpower vendía los fármacos usando numerosos sitios en la red , donde el cliente hacía la consulta del medicamento que necesitaba y un médico contratado, presuntamente, por Affpower emitía las recetas.
El documento asegura que los médicos de Affpower no hicieron exámenes físicos ni mentales a ninguno de los pacientes.
Agrega que los médicos diariamente revisaban cientos de pedidos y por cada uno de ellos recibían $3 (¢1.500).
Lorraine Concha, agente asistente a cargo de la oficina de la Agencia de Inmigración y Aduanas en San Diego, dijo que hubo “un plan fraudulento y muy rentable a expensas del público”.
“Esencialmente, la gente se estaba autorrecetando. Entraban a la página como clientes, elegían la dosis que buscaban y los médicos se llevaban cinco segundos en revisar el cuestionario”, agregó.
Affpower ubicó su sede administrativa en Costa Rica, los servidores de computadoras en Chipre, procesaba las transacciones de tarjetas de crédito en Israel y usó cuentas bancarias y una agencia de contabilidad en Chipre, precisó la acusación.
Aquí, Verónica Castro, fiscal del Colegio de Farmacéuticos, dijo que la empresa Affpower no está registrada como farmacia.
