Los nuevos avisos serán para eventos extremos como el de octubre del 2017, cuando la tormenta triopical Nate causó destrozos en la red vial. Esa vez Arturo Vega tomó el riesgo de atravesar el derrumbe para llegar con su hijo hasta San Marcos de Tarrazú, ya que al pequeño iba para exámenes previos a una cirugía. Foto: Mayela López. (Mayela López)
A las puertas de que la estación lluviosa se establezca en casi todo el territorio, el Instituto Meteorológico Nacional (IMN) alista varios cambios en la forma de presentar los avisos meteorológicos, es decir, en aquellos pronósticos que se emiten cuando existen riesgos por fenómenos extremos.
De acuerdo con Eladio Solano León, jefe del departamento de Meteorología del IMN, se van a elaborar pronósticos por impacto. El acento va a estar en los daños que la lluvia, el viento, una tormenta tropical o un ciclón puedan generar, y no tanto en aspectos cuantitativos del fenómeno, lo cual a mucha gente le cuesta entender.
“Lo que se busca es visibilizar el impacto mismo. No vamos a estar diciéndole a la gente que esperamos 60 litros por metro cuadrado. Diremos que se aproxima una lluvia que puede ocasionar aumento del caudal de ríos y quebradas, así como deslizamientos e inundaciones. También hablaremos de vientos fuertes que pueden generar caída de árboles o rótulos, en lugar de decir que son de 100 kilómetros por hora”, explicó el científico.
Añadió que el Instituto va a difundir, por medio de sus plataformas, mapas con colores y simbología para hacer más agradable la información y que sea mejor recibida por los usuarios. “Que comunique todo de modo más simple y con símbolos, para que igualmente pueda ser entendida por un turista de Taiwán, que por una persona de nuestro país”, añadió Solano.
Habrá una matriz con colores donde se interpreta la probabilidad de que un evento pueda ocurrir y los impactos asociados.
Por ejemplo, la probabilidad de tener una lluvia fuerte en el Valle Central puede ser alta, pero los efectos no necesariamente van a ser los mismos en todos los cantones. Dependerá de la zona en particular en que se genere el golpe y de si esa zona está catalogada como de alta vulnerabilidad o no.
“En el caso de un huracán, sabemos que las afectaciones pueden ser fuertes en varias partes del país, pero los niveles de impacto van a variar de un lugar a otro”, dijo Solano.
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Ante eventos extremos, el IMN prepara una nueva forma de alertar a la ciudadanía sobre los riesgos a que se expone. La forma será similar a la del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales de El Salvador. Imagen: MARN
Dejó claro además, que el IMN va a transmitir los nuevos avisos meteorológicos, aunque será la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) quien siga a cargo de dictar las alertas verde, amarilla, naranja o roja, según corresponda.
El objetivo es variar la forma y que la gente entienda mejor. Los avisos actuales exigen leer con cuidado y detenimiento para captar bien el mensaje, en adelante se brindará información concisa, sin mucho texto y que a la gente le llame la atención.
Por ejemplo, si el efecto de un ciclón va a generar mucho daño en Guanacaste, ahí se colocará el punto con el color fuerte, el cual luego se va degradando en tonos menos intensos a otras zonas con menor afectación. También se espera incluir el nombre de algunos cantones, para que la gente sepa con más precisión si el lugar donde se encuentra está entre los que resultarían afectados.
Capacitación
Actualmente, se desarrolla un proceso de capacitación a todo el personal involucrado para que poco a poco se vayan incorporando los nuevos símbolos. El IMN tiene en la actualidad 49 meteorólogos, de ellos 22 mujeres y 27 hombres que trabajan por turnos. El departamento de pronósticos labora de 6:30 a. m. a 7 p. m.; sin embargo, cuando hay eventos extraordinarios, trabajan las 24 horas.
El nuevo sistema de avisos ya se aplica en Europa, Estados Unidos, Sudáfrica, Gran Bretaña e incluso en naciones más cercanas como El Salvador, donde ha tenido muy buena aceptación, dijo el meteorólogo.
Los cambios comenzarán a verse a finales de este mes, cuando estén más activa las lluvias, pues el 15 de mayo comenzó la temporada de huracanes en el Pacífico y el 1.° de junio se inicia la del Atlántico. Ambas se extienden hasta el 30 de noviembre .
Los eventos meteorológicos del Atlántico, son los que suelen generar más riesgo para nuestro país . Se prevén entre 16 y 23 ciclones, cuando el promedio es de 14 cada año. No obstante, en el Pacifico también se han formado ciclones devastadores como la tormenta tropical Alma, que causó muchos daños en Guanacaste, Puntarenas y otras regiones costeras a finales de mayo del 2008.
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Solano dijo que, en adelante, los avisos también se van a emitir en casos de terremoto, erupción volcánica fuerte o un deslizamiento grande, situaciones donde también resulta indispensable conocer cómo va a estar el tiempo, máxime para quienes realizan eventuales labores de rescate, evacuación y socorro a damnificados.
Los modernos sistemas de radares y satélites, así como una red que tiene 169 estaciones meteorológicas automáticas y 72 convencionales en todo el país, permiten al IMN incursionar en esta nueva forma de presentar los pronósticos en tiempos de emergencia.
Gracias a esos instrumentos, el año pasado el IMN puso a disposición del público en sus redes sociales un pronóstico del tiempo en las principales carreteras, de modo que conductores de buses, distribuidores de carga y choferes de automóviles, en general, puedan visualizar el estado diario de las vías y tomar precaución por alertas de saturación de agua u otros obstáculos en distintos tramos.
El funcionario del IMN lamentó que este año se les eliminó el presupuesto para giras, de modo que el mantenimiento de las estaciones se vio afectado. En varias de ellas se han encontrado colonias de insectos, avisperos o hasta enredaderas, que las dañan.
Eso afecta la obtención de datos para estudios de cambio climático y para sectores como el agropecuario, donde es fundamental conocer variables cómo la humedad, precipitación y temperatura, las cuales afectan cultivos como los de piña, banano, café, arroz y frijoles, tan relevantes para el desarrollo nacional.
Marcada evolución
Los primeros datos sobre el estado del tiempo de nuestro país, se anotaban a mano alzada. El IMN se fundó en 1888 y funcionaba primero en el Liceo de Costa Rica, luego en San Pedro, en barrio González Lahman; en el aeropuerto Juan Santamaría y en el Museo Nacional, entre otros, antes de ocupar las oficinas actuales en barrio Aranjuez, también en San José. Fue en 1944 cuando surgió el primer intento por establecer y experimentar con el pronóstico del tiempo a corto plazo, con información que se recibía al principio por radio y luego por teletipo.
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En bitácoras como esta, de 1953, se registraban originalmente los datos de viento, lluvia, temperatura y otros. En la esquina inferior izquierda se consignó hasta una erupción del Poás. Imagen: Cortesía IMN
Para 1953 se usaban unas hojas de la Imprenta Nacional, como una especie de bitácoras, con espacios en blanco que se llenaban con datos específicos enviados por los encargados de revisar instrumentos rústicos que antecedieron a las actuales estaciones.
En la bitácora que corresponde a julio de 1953, el servicio meteorológico, que estaba adscrito al Instituto Geográfico de Costa Rica, muestra detalles de la cantidad y tipo de nubes, viento dominante, horas de sol, temperaturas máximas y mínimas, presencia de tormenta eléctrica, y otros parámetros que se anotaban dos veces en la mañana y dos veces en la tarde.
Incluso el 19 de julio de 1953 en lo referido a San José, anotaron hasta “un temblor de intensidad III, a las 12:06 de la noche”. También ese día se registró una erupción del volcán Poás, Alajuela, ocurrida en horas de la mañana.
Otras hojas de datos se llenaban con información sobre la temperatura obtenida en la estación Asunción, que estaba en la planta eléctrica de Limón. Para julio y agosto de 1950, ese documento evidencia registros de temperaturas superiores a los 33 grados Celsius en el Caribe.
En abril de 1972, hace más de 50 años, el IMN adquirió equipos para el servicio de radiosonda, que en esa época eran usadas para conocer las condiciones de tiempo. Posteriormente, la entidad ha tratado de tener el mejor equipo para sus labores de predicción y registro de variables climáticas.