El naufragio del pesquero Capitán Bismarkp, ocurrido el pasado 16 de febrero a unos 600 kilómetros al suroeste de Golfito y la muerte de su capitán en medio de la emergencia, volvió a abrir el debate sobre las precarias condiciones en que zarpan muchos barcos ticos y lo difícil de una búsqueda por parte del Servicio Nacional de Guardacostas.

Entre los mismos pescadores afectados hay diferencias sobre de quién era un costoso teléfono satelital que usaron para pedir ayuda desde el barco y que resultó vital para que los encontraran.
También está pendiente de verificación la causa de muerte del capitán, Florencio Vásquez Vásquez, de 67 años, quien padecía diabetes y habría caído accidentalmente al mar. La autopsia la harán médicos forenses en Ecuador, país donde aún se encuentra el cuerpo del marinero así como la embarcación tica.
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Asimismo, hay versiones encontradas de los pescadores y de Guardacostas sobre la reacción cuando surgió la alerta.

¿Qué pasó? Según los testimonios, el pasado 16 de febrero Capitán Bismarkp fue alcanzado por un rayo, lo que provocó daños en sus equipos eléctricos.
En ese bote viajaban Audiel Rivas Bejarano, de 39 años; Jorge Chavarría Mendoza (63) y Víctor Umaña Villegas (30), quienes registraron el zarpe en Golfito para un viaje de pesca el viernes 9 de febrero, pero salieron al día siguiente porque andaban buscando un repuesto que finalmente no encontraron.
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Los marineros iban al mando del capitán Florencio Vásquez Vásquez, de 67 años, quien perdió la vida en la travesía, al parecer debido a la caída al agua en momentos en que las circunstancias le habían llevado a racionar la insulina que el mismo se aplicaba.
Los tres sobrevivientes regresaron al país el pasado martes 6 de marzo, pero el cuerpo del capitán sigue en Ecuador.


En aguas de ese país estaba el barco Bismarkp, a unas 70 millas náuticas al suroeste de la Isla del Coco, cuando fue auxiliado por la embarcación Seaways Rubymar, de Islas Marshall (Oceanía), la cual estaba cerca y recibió el pedido de auxilio.
Las gestiones del Ministerio de Relaciones Exteriores continúan para repatriar el cuerpo del capitán en las próximas horas, con el fin de entregarlo a su familia, que espera sepultarlo en Golfito.
La Nación conversó con Audiel Rivas, uno de los náufragos; Sairon Umaña, hermano del náufrago Víctor Umaña y con Elba Carazo Granera, viuda del capitán, y afloraron algunas cosas dudas sobre la odisea.
Los pescadores estuvieron nueve días al vaivén de las olas, hasta que fueron rescatados el 25 de febrero.
En el viaje de pesca original tenían pensado regresar a Golfito el 22 de febrero, pero los sobrevivientes jamás pensaron que volverían a tocar suelo tico el 6 de marzo, en condiciones muy diferentes a las que salieron y luego de múltiples gestiones administrativas y diplomáticas.
Un costoso teléfono satelital
El teléfono satelital que usaron los náufragos para alertar de la emergencia tiene un costo aproximado de $5.000, mientras que las balizas o dispositivos que se exigen a esos barcos para poder ubicarlos en altamar cuestan mucho menos; aún así, el Bismarkp no las portaba, aseguró Martín Arias, director de Guardacostas.
El teléfono satelital del que tres personas diferentes afirman ser dueñas, no aparece. Aparentemente habría quedado en el barco que, según versiones de los sobrevivientes, se hundió luego de seguir a la deriva tras el rescate.
Elba Carazo, viuda de Vásquez, afirmó que ella había comprado ese teléfono, de segunda mano, y que en este viaje su compañero sentimental lo andaba estrenando.
Por su parte, Víctor Julio Carrillo Mora, dueño de la embarcación Bismarkp, dijo que ese teléfono lo compró él y era parte de los implementos de seguridad de la embarcación.
“Ahora como hay tantos problemas de lanchas que se perdían, se andaba para eso”, señaló, al comentar que como son tan costosos, los interesados en comprarlos forman un grupo y adquieren paquetes en Paso Canoas, por lo que sale más cómodo. “Anda como en $1.000”, acotó.
Sairon Umaña Villegas, hermano de uno de los náufragos, afirmó que su tía Grettel fue quien coordinó el rescate, gracias a llamadas que hizo al teléfono satelital que Víctor, su hermano, había adquirido y que, a pesar de que se había descargado, entre los pescadores pudieron recargarlo de manera artesanal durante la emergencia.

Umaña dijo que su hermano no quiere hablar porque está tratando de olvidar la experiencia traumática que vivió.
Agregó que Víctor vive con la mamá en Ureña de Golfito. Es el mayor de cinco hermanos, está separado y tiene una niña.

Las dudas prevalecen en torno a la labor de Guardacostas para coordinar el rescate de los pescadores, que habían zarpado de Golfito el 9 de febrero con la intención de regresar el 22 de ese mes.
Ellos y sus familias coinciden que no se les brindó la ayuda a tiempo, pero el director de Guardacostas aduce que nunca supieron dónde estaba el barco en la inmensidad del Pacífico debido a que el pesquero no cumplía con las condiciones exigidas para ese tipo de navegación.
Estaban fuera de lo permitido
Martín Arias, director del Servicio Nacional de Guardacostas, salió al paso de las críticas diciendo que la gente quiere milagros y ellos no pueden hacerlos.
Argumentó que esa embarcación tenía que haber estado a un máximo de 40 millas de la costa, pero se alejaron como a 300 o 400 millas.

Arias cuestionó que algunos barcos salgan sin medios de seguridad, sobre todo, sin la baliza satelital que se exige para embarcaciones de pesca que salen a más de 40 millas, las cuales le puede indicar con exactitud a las autoridades las coordenadas donde se encuentra un barco.
“Estaban fuera de lo permitido para ese tipo de barco. Nunca debieron estar ahí, nunca supimos donde estaban”, apuntó Arias.
Dijo que desde que la familia puso la alerta, hablaron con sus homólogos de Estados Unidos y también de Panamá, Colombia y Ecuador, así como a Key West, que tiene aviones y fragatas.
Aunque Ecuador y Panamá, sacaron unidades de búsqueda, al igual que nuestro país, no los hallaron.
“Se hizo todo lo humanamente posible”, aseguró el jefe policial.
Detalló que este es el primer caso del año y aclaró que este tipo de incidentes no son usuales.
“Lo del buque carguero que los encuentra a más de 300 millas de Golfito no fue casualidad, fue mediante coordinaciones nuestras, que logramos por mediciones establecer por donde podían estar”, manifestó el director.
Explicó que un equipo base en California (EE. UU.) localizó la señal satelital del teléfono y se hizo una triangulación de la señal por parte de la compañía de satélites Iridium. Luego verificaron que había un barco petrolero que iba hacia Ecuador, el cual fue alertado.

"Ese barco se desvió 90 kilómetros de su ruta original para tratar de llegar a ese sitio a ver si había algo y los rescató", añadió Arias.
Sobre el teléfono satelital, Arias dijo que se había quedado sin carga y resaltó que cada minuto de llamada desde ese teléfono cuesta $3, mientras que en el barco no había una baliza satelital, que cada cinco minutos manda señal de ubicación.
“Pueden llevar un teléfono muy caro, pero no una baliza, que es mucho menos costosa, para que nosotros sepamos dónde están”, lamentó.
"Tuvimos que mover cielo y tierra y le pedimos a Estados Unidos que nos ayudara a captar la última señal. Es algo no que no se hace salvo en casos extremos y nunca se había hecho en la historia de Guardacostas", finalizó Arias.
Aclaró que la lancha Capitán Bismarkp nunca había sido objeto de investigación, según los registros de Guardacostas.
Barco a la deriva
El dueño de la embarcación, Víctor Carrillo Mora, indicó que no sabe nada sobre el paradero del pesquero, ya que, desde que a los marineros los rescató el barco mercante, el suyo quedó a la deriva.
Afirmó que Audiel Rivas le indicó que durante la aproximación para el rescate, el barco petrolero golpeó la lancha en dos o tres ocasiones. “Dice que cuando él bajó otra vez, para buscar el teléfono en la lancha, ya estaba llena de agua. Puede que ya está hundida”, acotó.

Agregó que no hay posibilidad de recuperar nada, porque Rivas le mencionó que el casco estaba casi con la mitad de agua y ya el motor estaba tapado.
El Bismarkp no estaba asegurado. Carrillo estimó las pérdidas en más de ¢30 millones.
“Lo material se recupera”, dijo el empresario de 51 años, oriundo de Osa y vecino de La Mona, Golfito, para quien lo principal fue que se pudo salvar a tres personas, aunque lamentó que haya muerto el capitán.
Carrillo detalló que hace seis años tenía el Capitán Bismarkp, el cual era su único barco y lo usaba para capturar dorado, marlin y otras especies marinas comerciales.
Sobre lo actuado por Guardacostas, afirmó que esa entidad nunca tiene posibilidades de ayudar a nadie.
“Ellos no tienen combustible, no tienen capitán, no tienen orden de salida a ciertos lugares y siempre hay un pero”, puntualizó.
