EscucharEl Gobierno afirmó este sábado que hay desorden y atrasos en la entrega de alimentos a centenares de damnificados por el huracán Otto, en el cantón de Upala.
La situación la denunció el presidente de la República, Luis Guillermo Solís, a las 6:30 p. m., en conferencia prensa. También anunció que envió a la vicepresidenta, Ana Helena Chacón, para que coordine la operación y garantice la atención de la gente con suficiente rapidez.
“Eso no estaba ocurriendo (el suministró ágil) y hemos tenido una discusión muy franca de la necesidad de que no se atrase ni un minuto la ayuda a las comunidades”, agregó.
Solís dijo que giró la instrucción de trabajar toda la noche. “Que no duerma nadie si es necesario pero a la gente tiene que llegarle la comida”, advirtió.
El mandatario no quiso señalar responsables, pero hizo críticas contra el comité local de emergencias.
“Yo digo comité local , pero este es un tema que vamos a ir despacito. Ahora lo importante no es buscar al culpable. Ahora lo importante es resolver el problema. Después hablaremos de cómo son las responsabilidades propias y ajenas respecto de muchas cosas que han pasado. Este no es el momento. Aquí lo que tenemos que garantizar a la gente es el bienestar de ellos”, concluyó.
La difícil situación Upala comenzó a hacerse visible desde la mañana, cuando llegaron decenas de vehículos cargados de alimentos que fueron dejados en un centro de acopio, ubicado en el Juzgado Contravencional.
Empero al mismo tiempo en los albergues la gente comenzó a quejarse de la falta de alimentos.
Luis Guillermo Solís lo atribuyó a que en Upala se abrieron 10 albergues informales, en sitios que no estaban registrados.
Recuento. Durante la conferencia, las autoridades hicieron un nuevo repaso de las consecuencias del desastre. Hasta ayer, se confirmaron 10 muertos, dos desaparecidos, 10.831 personas afectadas en 412 poblados.
Hasta este sábado, además, se tenían reportes de 1.598 viviendas dañadas o destruidas, pero esa cifra podría aumentar, pues todavía falta el recuento en Los Chiles, Upala y de San Carlos.
Reinaldo Castaño, jefe de operaciones del comité local de emergencias de Upala, dijo: “esta es una Upala irreconocible. Aquí vamos a tardar muchos días en labores de limpieza, sacando lodos, troncos y cosas que están inservibles. Estamos respirando y durmiendo con el barro”.
Para el funcionario, es muy prematuro para hablar de pérdidas en la agricultura y la ganadería, pues todavía no se han revisado poblados como San José, San Fernando, San Isidro de Yolillal, Jomusa, entre otros, en donde propietarios de fincas dicen no poder localizar ganado. Los finqueros desconocen si fueron arrastrado por el agua o las reses están en algunas de las colinas, esperando poder salir.
En San Rafael de Upala, el finquero Cristian Lobo Bolaños mostró a un equipo de La Nación un gallo y un gallina, lo único que pudo salvar de sus animales.
Su vecino Horacio Álvarez, contó que se le murieron dos vacas, medio docena de chompipes y 10 gallinas, que eran parte importante para el sustento de su familia.
Mientras, Eduardo Arroyo, dueño de una zapatería en el centro de la ciudad calificó las pérdidas como millonarias, pues aseguró que los comerciantes perdieron toda la mercadería.
Aunque desde el viernes se restableció el servicio de agua potable, ayer hubo nuevos problemas de desabastecimiento pues los pobladores comenzaron a usar el líquido para lavar viviendas y negocios.
Ante la gran necesidad, el Cuerpo de Bomberos usará tres equipos especiales este domingo para colaborar con los vecinos en las labores de limpieza, para volver a comenzar. Colaboró la periodista: Mónica Morales .
