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Unas 12 familias de barrio Méndez, en San Francisco de Dos Ríos, San José, perdieron muebles, electrodomésticos, alimentos y ropa, debido a inundaciones por una corriente de agua que bajó por el río María Aguilar la noche del sábado y afectó sus casas.
Este domingo en la mañana regresaron a las viviendas donde pisos, paredes y muebles estaban llenos de barro. También se dedicaron a revisar cuáles aparatos servían y cuáles no.
"Mi hijo fue el que me avisó, porque se estaba bañando a las 6 p. m. y vio que el agua de la ducha en lugar de salir empezó a hacer borbollones", dijo Damaris Salazar Alvarado, de 39 años.
Al ser alertada corrió a abrir la puerta que da al río y vió que parte del patio estaba siendo arrastrado por el agua.
Ella alquila una casa donde vive con dos hijos que están en sexto grado de la escuela. Apenas pudieron sacar a Romeo, su perro de cinco meses y salir.
"Lo único que pude salvar fueron los útiles de mis hijos todos mojados. En cuestión de quince minutos se llenó todo, El televisor, la lavadora y la refri flotaban dentro de la casa", explicó.
Dijo que estuvieron a punto de quedar atrapados porque la presión del agua les cerró la puerta principal. Mostró las marcas en la pared, a más de un metro de altura, donde llegó el agua.
Ella se dedica a oficios domésticos en varias casas y ahora pide ayuda porque lo perdió todo. Dijo que alertó a la Comisión Nacional de Emergencias una hora antes de que el río María Aguilar se desbordara, pero no llegaron a auxiliarles y este domingo a mediodía seguían a la espera de ayuda, máxime ante la amenaza de más lluvias.
Dijo que en cuatro años que tiene de alquilar ahí nunca había visto eso.
Alexandra Fonseca Álvarez, otra vecina, dijo que aparentemente había un taponamiento aguas arriba el cual, al colapsar con las lluvias, generó la corriente que les inundó las casas.
Indicó que los palos y escombros no pudieron pasar por las alcantarillas que pasan debajo de la ruta de circunvalación que pasa por el Parque de la Paz.
Manifestó que unas 30 personas tuvieron que pasar la noche del sábado en casas de vecinos, que se organizaron para ayudarles.
Otros pasaron la noche sacando cosas por temor a que el agua subiera más.
Este domingo se dieron cuenta de la dimensión de los daños en puertas, paredes y patios de las viviendas.
Para Katherine Vega Rivas, de 24 años, fue una pesadilla. Dijo que como su casa es de dos plantas y apenas tuvo tiempo de recoger a su hija de dos años y subir las gradas hacia el segundo piso.
"El agua se empezó a meter rapidísimo. Todo se perdió, hasta la comida", dijo.
Añadió que la casa es alquilada y desde hace un año viven ahí, donde pagan ¢140.000 por mes.
Ahora piden ayuda al Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS) para irse a otro sitio, ya que este domingo únicamente tuvieron el soporte del Comité Municipal de Emergencias, que les llevó unas espumas y algunos alimentos, pero no entraron a ver los daños.
Hania Cordero, otra damnificada dijo que hace casi una década ese barrio sufrió inundaciones por un puente que tuvo que ser removido y colocado a mayor altura, y que desde entonces no habían vuelto a inundarse las casas.
Aguas arriba comerciantes sufren con el mismo río
En Curridabat, a unos 6 kilómetros de barrio Méndez, el río María Aguilar también se desbordó el sábado y el agua entró a negocios cercanos al cruce de los Figueres.
En el centro de soluciones dentales Smile, el administrador del edificio, Jorge Pérez, secaba los pisos de varias oficinas y con sacos de arena en la entrada atenuó la entrada de las aguas que, de todas maneras, afectaron el inmueble.
Afirmó que otros negocios cercanos como Domus, Motores Británicos y el bar Mute, así como varias oficinas de alquiler, tienen el mismo problema cada vez que llueve fuerte.
Es de todos los años y se debe a que el río María Aguilar necesita un trabajo de dragado.
"Cada vez que eso ocurre, nos obliga a parar porque nos quedamos sin fluido eléctrico y sin agua", afirmó.
Dijo que en ese centro de estética dental trabajan más de 70 personas y es imposible en una clínica que trabaja con la salud de los pacientes trabajar sin agua.
Afirmó que han hecho gestiones ante la Municipalidad de Curridabat, para elevar un puente que está muy bajo y taponea los materiales que arrastra el río, pero no han tenido ninguna respuesta.
En el centro comercial Domus y otros locales de la zona, varias personas con hidrolavadoras y mangueras removían el barro que quedó en los accesos, la mañana de este domingo, mientras que un back hoe quitaba barro de las orillas de la carretera.
Otros problemas que generan las inundaciones en esta zona son la afectación al paso vehicular que se cierra y afecta a quienes se movilizan entre San José y zonas como Curridabat, La Unión y Cartago.
Alerta Amarilla sigue vigente
La Comisión Nacional de Emergencias (CNE) mantiene la alerta preventiva (Amarilla) por lluvias en todo el territorio, con excepción de las zonas costeras del Caribe.
En total, este domingo estaban habilitados 11 albergues con 303 personas.
Sigifredo Pérez, director de Operaciones de la CNE, indicó que el sábado atendieron 100 incidentes por precipitaciones en Cartago, Curridabat y la parte central de San José por afectación en 14 cantones.
Este domingo el geólogo Julio Madrigal, dijo que se evaluó un deslizamiento en Llano Bonito de Jericó de Desamparados que desde el miércoles afecta media hectárea.
Ahí se evacuaron tres familias, ya que es una zona que en el 2010 también presentó problemas y obligó a evacuar otros cuatro núcleos familiares.
El Instituto Meteorológico Nacional (IMN) informó que octubre es el mes más lluvioso en el Pacifico, mientras que en el Caribe la precipitación tiende a disminuir.
Atribuyen las precipitaciones en el Pacífico al paso de ondas tropicales, tormentas locales y temporales.
Las tormentas locales y la influencia de ciclones en el mar Caribe ocasionan inundaciones, deslizamientos y desbordamientos de ríos.
