Un individuo detenido como el principal sospechoso de matar el sábado pasado al policía Óscar Ramírez Vindas, en San Isidro de Heredia, había disparado en 1999 contra dos oficiales de la Fuerza Pública durante una persecución en San Rafael de Escazú, en San José.
En aquel caso, ocurrido hace 18 años, los oficiales resultaron ilesos y lograron capturar al sujeto de apellidos Morales Herrera, quien tenía 18 años (ahora tiene 36).

El 7 de octubre de 1999, el Tribunal Penal de San José condenó a este hombre a cuatro años de cárcel por los delitos de intento de robo agravado y resistencia agravada (así calificaron en aquel momento los disparos a los policías), según la sentencia 1202-99. Dicha pena fue confirmada por la Sala Tercera de la Corte el 23 de diciembre de ese mismo año, según el fallo 1607-99.
Después de cumplir la sentencia, Morales no volvió a aparecer en investigaciones judiciales, hasta el sábado anterior, cuando se le atribuyó ser la persona que, sin motivo aparente, recibió a balazos a dos agentes que llegaron a una quinta en San Isidro de Heredia.
Los oficiales acudieron al sitio para investigar el robo de un furgón con un cargamento de tilapia valorado en ¢50 millones. En la agresión, presuntamente Morales le disparó a Ramírez y a Leonel Jiménez Araya. El primero murió en el sitio y el segundo permanece hospitalizado.
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Juan Pablo Calvo, jefe del OIJ de Heredia, a cargo de las pesquisas, dijo que hasta el momento se le tiene como la única persona que disparó y luego huyó del lugar. Su identificación fue posible con base en el relato de testigos y otros elementos no mencionados por las autoridades.
Con la finalidad de arrestarlo, desde el lunes anterior agentes judiciales montaron un operativo de vigilancia, tanto en una casa en el distrito de San Antonio del Tejar en Alajuela, como en San Rafael de Heredia.
La acción judicial rindió frutos cuando el miércoles, poco antes de las 2 p. m., lo observaron abordar un automóvil Toyota Yaris de color azul, al cual le dieron seguimiento hasta que en San Roque de Barva, también en Heredia, lo chocaron y arrestaron al individuo.
Morales permanece preso, en espera de que se le dicte prisión preventiva.
Hombre acomodado
Pablo Calvo dijo este jueves que a Morales no se le conoce trabajo fijo y lo calificó como una persona de clase media.
En los últimos meses fue observado manejando diferentes vehículos, lo cual llamó la atención de las autoridades, pues no tenía ingresos económicos constantes.
Calvo explicó que ninguno de los automotores pertenece a Morales, aunque familiares aparecen en el Registro Nacional como dueños de varias propiedades en Alajuela y Grecia, que fueron adquiridas en los últimos años.
El OIJ informó de que este individuo es señalado como "de un nivel jerárquico importante" en una organización que se dedica, presuntamente, al robo de mercadería en furgones.
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Por el momento, se desconoce desde hace cuánto tiempo opera este grupo. Empero, se le investiga por el robo del cargamento de tilapia y por la sustracción de otro furgón que ocurrió la semana anterior. Calvo no quiso dar detalles de ese caso, pues alegó que podría entorpecer el proceso.
El jefe policial explicó que la mercadería que roba este grupo es vendida, se supone a un precio más bajo, en supermercados y pulperías. "Cuando tienen la mercadería comienzan las negociaciones para introducirla en el mercado negro" relató.
El miércoles en la noche las autoridades allanaron la casa de Morales en San Rafael de Heredia, donde solo encontraron "documentación importante para el caso", detalló Calvo.
Aparte de Morales Herrera, también permanecen detenidos el guarda de la quinta donde estaba el furgón, quien es de apellidos Cortés Benavides y otro apellidado Arroyo Jiménez, considerado como un chofer del grupo. Estos últimos descuentan cuatro meses de prisión preventiva.
El jefe del OIJ de Heredia manifestó este jueves que presumen que en este asunto faltan por detener otros dos individuos que estarían implicados propiamente en el robo del furgón, el cual había sido interceptado en el puente del río Lagarto, que divide las provincias de Guanacaste y Puntarenas. La tilapia venía de Cañas.
