EscucharSan Carlos. Un nuevo golpe del hampa se registró ayer dentro de una cooperativa local y este coincidió con la visita del fiscal general, Jorge Chavarría, quien llegó a la zona justamente para conversar sobre la ola delictiva desatada en el cantón desde mayo anterior.
Los antisociales asaltaron la sucursal de la cooperativa Coocique, situada diagonal al templo católico del poblado de Florencia, 10 kilómetros al norte de Ciudad Quesada.
De allí, según informes del OIJ, habrían sustraído un monto cercano a los ¢4 millones.
El atraco lo protagonizaron dos sujetos que viajaban en una motocicleta negra, quienes cubrían sus caras con cascos oscuros y portaban armas de fuego.
Los sujetos aplicaron el mismo método empleado en asaltos anteriores contra sucursales de esa misma cooperativa y otros entes financieros de San Carlos.
Mientras uno de los hombres se apostó en la puerta principal con la intención de avisar en caso de que viniera la Policía, su cómplice ingresó en las oficinas y encañonó al cajero para que le entregara el dinero que tenía en ese momento.
Cuando se produjo el robo, había en la sucursal seis asociados que esperaban ser atendidos. Entre estos, cinco eran mujeres y los delincuentes les advirtieron de que, en caso de dar problemas, “terminarían de mala forma”.
Una vez con el dinero, los hombres huyeron a alta velocidad, aparentemente hacia el norte de San Carlos. Pese al cierre de carreteras hecho por la Fuerza Pública, no se pudo ubicar a los sujetos.
Francisco Morales y César Anchía, director regional y jefe de la Fuerza Pública en San Carlos, indicaron que la sucursal de Coocique en Florencia no posee guarda de seguridad. De hecho, instaron a los entes financieros de la zona a mejorar los controles en sus oficinas. Desde la segunda quincena de mayo hasta ayer, se han producido en San Carlos 43 asaltos.
El último se dio la tarde de ayer, cuando dos motociclistas despojaron de más de ¢1 millón a los ocupantes de un camión repartidor, en la comunidad de Monterrey de San Carlos.
Los asaltantes se han apoderado de una suma que ronda los ¢226 millones en efectivo.
Sobre la seguidilla de atracos, el fiscal general sostuvo que no se trata de crimen organizado. En su opinión, es delincuencia común protagonizada por elementos de la zona, a los que está costando frenar.
“La articulación de los cuerpos policiales con el Ministerio Público y la comunidad será determinante para meter a los delincuentes a la cárcel. No pierdan la fe en la Policía”, dijo el fiscal.
