Un niño de 12 años y un adulto, señalado por la Policía como el líder de una banda delictiva, fueron asesinados a balazos, la noche del martes.
El doble crimen se produjo a las 9:20 p. m., en la alameda 13 de calle Bribrí, en Lomas del Río, Pavas, San José.
El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) identificó al adulto fallecido como Eric Araya Cruz, de 28 años.
Este hombre, quien fue investigado por delitos contra la propiedad, transporte de drogas, accionamiento de arma y homicidio, salió de prisión en febrero pasado. El Ministerio de Justicia informó de que había ingresado en abril del 2010.
En cuanto al menor, recién había cumplido los 12 años. No cuenta con ningún tipo de reseña, pero, según manifestó ayer Francisco Segura, director del OIJ, tuvo un problema con su familia y, desde hace varias semanas, deambulaba por las calles de Lomas.
Segura manifestó que el ataque iba dirigido contra el sujeto mayor, pues, aseveró, “es un reconocido delincuente de la zona, que está involucrado en todo lo que es drogas”.
Ataque. Aunque los policías no encontraron testigos directos del hecho, se pudo determinar que Araya venía caminando, junto al niño, por un pasadizo de unos dos metros de ancho. Ellos salían de un precario hacia la calle principal, cuando, al parecer, fueron sorprendidos por al menos tres individuos armados, quienes les dispararon.
En el sitio, la Policía Judicial halló indicios balísticos de un arma 9 milímetros, de otra calibre .40 y de una escopeta.
El adulto presentaba heridas de bala en cuello, tórax, hombro derecho, abdomen, costado izquierdo, ingle, rodilla izquierda, pierna derecha, axila derecha y espalda.
En tanto, el menor tenía una lesión muy grave en el antebrazo izquierdo y múltiples perdigones en el tórax.
Los sujetos que dispararon escaparon. La Policía no pudo verificar, por falta de testigos, si lo hicieron a pie, en motocicleta u otro vehículo.
Secuelas. Francisco Segura no descartó que este doble crimen sea una secuela de otro asesinato sucedido el lunes en la noche en Rincón Grande Pavas.
En esa ocasión, acribillaron de 10 balazos a Gustavo Adolfo Baca Calderón, de 24 años, otro individuo que también había sido investigado por narcotráfico.
Aunque prefirió no hacer referencia a nombres, el jefe policial explicó: “Cuando muere uno de estos delincuentes, se deja un vacío de poder y hay gente que toma el liderazgo.
”Es un fenómeno natural de este tipo de organizaciones. Hay vacíos de poder que tienen que ser llenados. Es un negocio sumamente lucrativo (...). Por eso, cuando desaparecen personas que son las que están manejando la organización, inmediatamente alguien quiere tomar ese puesto. Si en un gobierno hay anónimos y toda esa situación que se da de trabajos sucios para que alguien no llegue a un cargo, en el mundo de la delincuencia no se van a manejar con anónimos, sino que se manejan con una 9 milímetros”, agregó el jefe policial.
Francisco Segura también se mostró muy preocupado por la muerte del niño.
“¿Qué está haciendo un menor de 12 años en un callejón con un sujeto que tiene amplios antecedentes policiales? Ahí se denota un problema familiar (...). Ahí debe hacerse prevención social”, afirmó.