
Alajuela. Un taxista de Orotina murió degollado el lunes en la noche. Los homicidas le propinaron 19 puñaladas en todo su cuerpo.
El cadáver de Eleiner Cambronero Alpízar, de 29 años, apareció en la Ceiba de Orotina, pasadas las 11 de la noche.
Cambronero yacía a unos 10 metros del vehículo, cerca del puente sobre la carretera hacia Caldera.
Según las autoridades, el taxi estaba estrellado en la cuneta. Rónald González, paramédico de la Cruz Roja, dijo que, por el rastro de sangre y los raspones en la cara, a la víctima la arrastraron unos 25 metros. “Tenía heridas y traumas en su cabeza y su rostro”, informó.
Jorge Acuña, jefe de la Policía de Orotina, afirmó que en el taxi no se encontraban la billetera de Cambronero ni el radio del carro.
El policía mostró su preocupación por la forma tan violenta en que actuaron los criminales.
Viaje . Gilberth Montero, dueño de la placa del taxi, dijo que conocía de un viaje que iba a hacer Cambronero minutos antes de su muerte.
“Sabemos que le pidieron un servicio cerca del ferry (en Puntarenas), pero desconocemos cuántos pasajeros lo abordaron”, puntualizó el testigo. Montoya agregó que el taxista recogió ese día el carro a las 3 de la tarde.
Por su parte Melvin Cambronero, hermano de la víctima, dijo que lo último que supo fue que su pariente pidió ayuda a un compañero para que lo ayudase con una dirección. Luego no lo contactó más.
Preocupación. Gerardo Muñoz, taxista de Puntarenas, se mostró asombrado por la manera en que se produjo el asesinato.
“Lo hicieron con saña; fue una muerte increíble”, manifestó.
Otro taxista de Orotina, Juan Luis Chavarría, expresó que estas situaciones ya se salieron de las manos de las autoridades.
El hermano de la víctima informó de que, hace 10 años, entre los dos alquilaron una casa cerca de la empresa Fertica, Puntarenas. Allí vivían en la actualidad.
También dijo que Cambronero era oriundo de San Ramón de Alajuela, donde habitan sus dos hijos menores de edad.
El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) inspeccionó el vehículo en procura de huellas dactilares. Colaboró la corresponsal Zoila Rita Mora.