Josebeth Adelina Retana Rojas tenía apenas 8 años cuando su agresor la esperó en un camino solitario, la atacó y la asesinó, posiblemente en un plantío de palmito de pejibaye, en Horquetas de Sarapiquí, en Heredia.
Ese 5 de noviembre del 2005 la cadena de la bicicleta se le reventó, por lo que tuvo que irse a pie a la escuela. Al regreso, pasadas las 2 p. m. varios vecinos la vieron caminar sola, hacia su casa. La niña medía 139 centímetros y pesaba 26 kilos. En la espalda cargaba su maletín rosado, en el que llevaba un lápiz de minas, una capa rosada y ocho cuadernos, entre ellos los de inglés y matemáticas.
Lo último que se supo de ella es que se sentó bajo un árbol de nance y luego caminó hacia un portón metálico verde que da a la plantación. El Organismo de Investigación Judicial concluyó que ahí fue donde el atacante interceptó a Josebeth. Aunque desde aquel momento hubo un sospechoso del crimen, un vecino de la localidad, el hombre nunca fue procesado por este caso.
Conozca en esta entrega de Casos sin Resolver porqué el cruel crimen de Josebeth Retana quedó impune.