Un aparente error de interpretación de una orden judicial permitió que el médico José Alonso Saavedra Zamora, condenado a 35 años de cárcel por el asesinato de una joven embarazada, quedara en libertad temporalmente esta semana. El hecho fue confirmado por el departamento de prensa del Poder Judicial ante una consulta de La Nación.
Saavedra había sido sentenciado en 2016 por el crimen de María Lourdes Dávila Moreno, de 25 años, fallecida el 21 de agosto de 2012 en el consultorio de dicho médico, en Heredia.
Hace pocos días, en una fecha no precisada, el Juzgado de Ejecución de la Pena tramitaba un incidente por enfermedad a Saavedra, al parecer por una posible cirugía pendiente y, "por orden del centro penal, fue puesto en libertad al ejecutar una resolución que no se encontraba en firme", explicó la oficina de prensa del Poder Judicial ante consultas de La Nación.
Sin embargo, el pasado 2 de junio de 2025, cuando el Juzgado se percató de la situación, dictó una orden de captura y Saavedra regresó a un centro penitenciario.

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Actualmente, agregó la oficina de prensa, el trámite de egreso por condiciones de salud sigue pendiente de resolución final.
La Nación consultó al ministro de Justicia, Gerald Campos, sobre qué pudo provocar el error en la salida temporal del sentenciado, pero al cierre de esta publicación no se obtuvo respuesta.
Testimonio del médico
Saavedra fue condenado por homicidio calificado en perjuicio de María Lourdes Dávila, con la que, supuestamente, mantenía una relación íntima, aunque él lo negó durante el juicio.
“María Lourdes no era mi amante, quiero dejar ese punto claro”, manifestó el médico durante el desenlace del juicio hace casi una década.
Aseguró que ella solo era una paciente, a quien le dio consulta en tres ocasiones. La primera vez fue en el 2009, cuando le realizó un papanicolau. La segunda, en el 2011, por una amenorrea (ausencia de menstruación) y la tercera, en agosto del 2012.
Según su versión, un día antes de la muerte de Dávila, ella llegó a una cita médica en el Ebáis de la Aurora de Heredia para pedirle algo para los dolores de cabeza. Le empezó a hacer preguntas, le consultó desde cuándo no tenía su periodo y como le informó de un retraso, le dijo que no podía darle medicamentos hasta tener una prueba de embarazo.
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Agregó que ella no quería hacerse el examen y negaba estar embarazada. Narró que Dávila salió del centro médico, pero lo volvió a buscar y le dijo que si la podía atender en su consultorio privado, por lo que él accedió.
Por la tarde, continuó Saavedra, la mujer llegó al recinto, ubicado en Heredia, y logró que ella se hiciera el examen para determinar si estaba embarazada. Esta prueba dio positivo.
Eso la molestó, pues insistía en que no lo estaba y que se iba a matar; luego se retiró, expresó Saavedra a los jueces.
La mañana del 21 de agosto del 2012, Saavedra recibió unos mensajes de Dávila diciendo que se iba a matar, por lo que su esposa le dijo que la ayudara, agregó.
Él accedió a atenderla. Cuando ella llegó, insistió en que se iba a quitar la vida, por lo que él le dijo que la iba a llevar a un hospital.

“Cuando yo le dije que me la tenía que llevar al hospital, ella empezó a gritar, se enojó y me dijo que ella no estaba loca”, contó el médico entre lágrimas.
Después de eso, ella tomó un bisturí, se cortó la garganta; él intentó detenerla, forcejearon y la golpeó, admitió Saavedra.
“Ella golpeaba su cabeza contra la pared”, expresó.
Luego de eso, la arrastró para llevarla a un centro médico y fue cuando llegó la Policía, puntualizó el acusado.
Sentencia máxima
Según el fallo del Tribunal Penal de Heredia, fue Saavedra quien le propinó una brutal golpiza y luego, aún con vida, le cortó el cuello con un bisturí para simular un suicidio.
“Usted atentó contra la vida, porque ella todavía no estaba muerta”, le dijo el juez Olman Ulate durante la lectura de la sentencia.
“La única culpa que hay que tomar en cuenta en María Lourdes es haberse relacionado con usted”, le reprochó el juez al imputado, al considerar que actuó con alevosía y ensañamiento.
Además de la pena de 35 años de prisión, el médico fue condenado a pagar ¢50 millones por daño moral al hijo de la víctima, quien hoy tiene 18 años.
Antes de que la sentencia adquiriera firmeza, Saavedra había estado en libertad tras pagar una fianza de ¢25 millones. Ahora, luego de su recaptura, volverá a descontar su condena en prisión, mientras se define el estado del expediente relacionado con el beneficio por enfermedad.
