Ciudad Neily. Cinthya Arroyo Acuña, hermana de Éricka, quien falleció ahogada junto a dos de sus hijos, el domingo en un naufragio, manifestó ayer que la familia apoya al botero Michael Araya Arroyo, quien conducía la barcaza.
“A Michael lo apoyamos, ya que sabemos que todo se debió a una situación fortuita que a cualquiera pudo haberle pasado”, dijo Arroyo minutos antes de que sepultaran los cuerpos.
Aunque Araya, de 29 años, estuvo presente en el sepelio, no dio declaraciones y se mantuvo alejado de los medios. Él era medio hermano de Éricka, así como de Lisbeth Juárez Araya, una de los sobrevivientes.
Lágrimas. La misa, oficiada por el sacerdote Efraín Martínez, empezó puntual a las 9 a. m. y decenas de personas llegaron a despedirse de Éricka, de 26 años, y sus hijos Yendry Picado Arroyo y Cristhofer López Arroyo, de 6 y 4 años, respectivamente.
“Estos niños tienen ganado el reino de Dios”, dijo Martínez, frase que fue cerrada con un extenso aplauso de los feligreses.
Unos 18 alumnos de la Escuela de Coto 52, compañeros de Yendry, cargaron una pancarta que decía: “Yendry, estás en el cielo y nunca te olvidaremos”.
Luego de una ceremonia de poco más de 40 minutos, los cuerpos fueron llevados hasta el cementerio de Ciudad Neily, debajo de un fuerte sol y gran humedad.
Una vez en el camposanto, los restos de la madre y sus hijos fueron sepultados en la misma bóveda, en medio de las miradas y lágrimas de unas 300 personas que colmaron el lugar.
El naufragio se produjo al atardecer del domingo 3 de mayo, cuando el bote, operado por Araya, volcó en aguas del golfo Dulce, a un kilómetro del puerto de Golfito, con nueve personas a bordo.
La embarcación, trascendió más tarde, no contaba con chalecos salvavidas, así como tampoco con los permisos de rigor.
El otro fallecido fue Ian Rojas, de año y medio, hijo de Lisbeth Juárez. El caso está en manos de la Policía Judicial.