San Carlos. Dos mujeres muertas y dos hombres heridos dejó como saldo el choque de un carro contra la base de cemento de una caseta de autobús, confirmó la Policía de Tránsito.
El hecho sucedió a las 2 a. m. frente a la escuela de Quebrada Azul de Florencia, San Carlos.
Las víctimas fueron identificadas por el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) como Kathia Ortíz Mejías, de 24 años, y Daniela Villalobos Chavarría, de 16 años, vecina de San Mateo y novia del conductor.
Ellas iban en el asiento de atrás y no tenían puesto el cinturón, indicó la oficial de Tránsito, Patricia Trejos.
Los ocupantes se desplazaban en un auto Hyundai Accent, conducido por un adolescente de apellido Campos, de 16 años.
Según la versión preliminar, 100 metros después de haber pasado un puente, el vehículo se salió de la vía y se estrelló contra la base de cemento de una parada de autobuses.
Familiares. Ortiz y Campos, el joven chofer, son hermanos por parte de madre y vecinos de Orotina. El otro hombre que sufrió heridas es Juan Carlos Araya Picado, de 36 años, quien es el padrastro de la mujer fallecida y del menor que conducía el carro.
Según el jefe de Bomberos de Ciudad Quesada, Gustavo Blanco, cuando llegaron al lugar del percance Campos estaba en la calle, mientras que Araya tenía las piernas prensadas, por lo que tuvieron que utilizar equipo hidráulico para extraerlo. Ambos fueron trasladados en condición estable al Hospital San Carlos.
Exceso de velocidad o que el chofer se haya quedado dormido son posibles causas que manejan las autoridades, pero eso lo determinará la investigación del OIJ.
Por el hecho, el paso de vehículos entre Ciudad Quesada y Los Chiles permaneció cerrado durante cinco horas, lo que generó largas presas en ambos sentidos.
El accidente ocurrió cuando los cuatro regresaban a Orotina desde el caserío Muelle de Florencia, donde Campos había ido a visitar a su padre biológico.
Los sobrevivientes permanecen fuera de peligro.
Trejos añadió que el hecho de que las mujeres no llevaran puesto el cinturón de seguridad influyó para que fallecieran, al parecer por los golpes en la nuca.
Martín Pérez, subjefe local del OIJ, agregó la impericia como otro posible detonante de la tragedia, al señalar que el menor no tenía experiencia como conductor, no había hecho el curso de seguridad vial y, por no haber cumplido la mayoría de edad, tampoco tenía licencia para conducir.
El automóvil en que viajaban no pertenece a ninguna de las víctimas, dijeron autoridades.