Llegar a Tamarindo es encontrarse con playas de agua azul, arena blanca y también mucho desarrollo turístico, posiblemente más del que a muchos nos gusta. Pero en medio de este ajetreo es posible encontrar un rincón de tranquilidad -si es posible llamar así a una finca de 34 hectáreas-.
Se trata del Hilltop Adventure Park, la personificación de la aventura en el bosque seco. Un lugar que desde ya deberá incluir en su lista de infaltables de su próxima visita a la zona.
Su principal atractivo es el canopy. Una estructura completamente nueva que pone a prueba su valentía, habilidad y condición física. Dista mucho de otros proyectos, ya que en este se mezclan escaleras aéreas con cables de distancia media.
Pero lo que realmente impresiona son sus bases: árboles de más de 350 años y cuyo tamaño permite hacer en ellos todo tipo de diseño creativo de diversión.
Guanacastes, robles y cedros son los principales árboles que el arquitecto Juan Manuel Pizarro utilizó como base para estas estructuras de canopy. La última base está cimentada sobre un frondoso cenízaro de unos 300 años de antigüedad. Valga resaltar que Pizarro es uno de los arquitectos con más experiencia en la construcción de este tipo de estructuras.
Límites nuevos
De hecho, Pizarro cuenta con el récord guinness por el cable más largo y alto construido para un canopy. Se trata de un cable que mide 2.205 metros de largo, está a 365 metros de altura y quien se lance en él, alcanza una velocidad de 152 kilómetros por hora. Su construcción tardó tres meses y está ubicado en Puerto Rico.
Actualmente busca imponer un nuevo récord Guinness, pero esta vez con un cable sobre el mar, en Acapulco, México. El Xtasea Canopy contará con una extensión de más de 1.800 metros, que cruzará la bahía de Puerto Marqués, y alcanzará velocidades de hasta 130 kilómetros por hora.
Tuvimos oportunidad de hacer el recorrido del canopy de Hilltop con su creador, a quien el espíritu de aventura le quedó arraigado desde su niñez, cuando perteneció a los Guías y Scouts.
Mientras recorríamos los cables, Pizarro explicaba la lógica de su diseño. Dividir la fuerza de tensión, no permitir que los cables toquen directamente el árbol, crear soportes redondos y no cuadrados, y crear bases que se adaptan al crecimiento del árbol son parte de las técnicas que desarrolló con el propósito de cuidar la vida de estos centenarios troncos. Como fiel scout, su lógica es respetar el lenguaje del bosque.
"Resulta que las formas dentro del bosque tienen un por qué, las hojas son como cuchara para recoger agua y luz solar, mientras que el tronco es una estructura que tiene que sostener. Las construcciones deben seguir esta misma lógica. Un panel solar: plano, una estructura que no se oxide o se dañe con el bosque: redondo", aseguró el arquitecto.
Los canopys creados por Pizarro se inspiran en las epífitas, plantas que abrazan a los árboles, no se alimentan de ellos como las parásitas, solo los utilizan como soporte sin llegar a hacerles daño. "No puedes llegar al bosque a interrumpir, hay que aportar, por lo menos garantizar que vas a proteger el árbol en el que te posaste", dice.
Buscar en el bosque las oportunidades de hacer cosas nuevas es en definitiva lo que marca los proyectos de este tico. Su diseño debe involucrar la naturaleza y el deporte. Le aburre la idea de un croquis donde un cable sigue al otro sin ningún cambio en el camino.
Por eso, si pensó que solo iba a dejarse deslizar por las cuerdas debe prepararse. A la mitad del camino su agilidad para escalar será puesta a prueba. En medio del bosque se topará con una pared de escalada en el tronco de un árbol.
Los más rápidos tardan 30 segundos en subir, pero usted hágalo a su ritmo, sin miedo y con fuerza. Desafíe su propio récord. Pero no se preocupe, si no lo consigue, los guías le ayudarán a subir con el arnés que le colocan antes de iniciar el asenso.
Por el tema de seguridad debe estar tranquila. Nadie inicia la aventura sin su casco, guante para frenar -el sistema cuenta con freno de emergencia- y todos los arneses necesarios para prevenir accidentes.
Más aventura.
Acá también podrá disfrutar de la naturaleza con los pies sobre la tierra. Las mejores horas para realizar caminata por sus senderos son las 7 a. m. y a las 3 p. m., cuando el que el clima se mantiene fresco y los animales salen a buscar comida.
Uno de los senderos mide 1. 2 kilómetros y puede tardar 45 minutos en recorrerlo. Pero si tiene ganas de una caminata más larga, puede optar por el de 4 kilómetros.
En el recorrido encontrará diversas especies de árboles y de todos el que más destaca es el llamado Terciopelo, según explican los guías, es un árbol de 400 años de edad que durante el verano florece y suelta una especie de pelito que ortiga a quienes se le acercan; inconveniente que no parece incomodar a las decenas de congos que convierten sus ramas en su hogar.
Owen Hector, vocero del proyecto, asegura que el enfoque principal es proteger la zona, pues se trata de una finca con una gran riqueza de biodiversidad. Cuenta orgulloso que la laguna de agua dulce que tiene la propiedad es la principal fuente de hidratación de animales salvajes como yagouaroundís, mapaches, pizotes y variedad de aves. Esta finca colinda con el manglar de playa Langosta y la reserva de Hacienda Pinilla.
Un camino de 12 kilómetros lo espera para recorrerlo a caballo o en bicicleta. En mi caso hice el trayecto sobre los lomos de Burro, un caballo de seis años, que me llevó sin protestar hasta el mirador del estero San Francisco, tan obediente como si nos conociéramos de toda la vida. "Son animales acostumbrados a la gente, muy tranquilos", asegura Gerónimo Rodríguez, dueño de los equinos.
Historia
La finca en la que se desarrolla el proyecto pertenece a la familia de Owen Hector. Su abuelo, don Claudio Cerdas dedicaba estas tierras a la ganadería. Siendo un estudiante de colegio, Hector le dijo a su abuelo que le gustaría instalar ahí un canopy. Con su permiso y esta idea en mente, se puso manos a la obra.
"Le pedí permiso a mi abuelo y vine aquí con ese señor de Rincón de la Vieja que ya tenían un proyecto desde hacia nueve años. Al final se hizo el primer canopy, algo muy pequeño de cuatro cables, teníamos muy poca experiencia", recuerda Hector.
Este primer proyecto duró cinco años y fue todo un éxito. "Para aquella época, manejábamos unos 250 personas al día".
La reconstrucción del canopy a cargo de Pizarro se realizó con el propósito de relanzar el proyecto bajo el enfoque de un parque de aventura, lo cual se logró gracias a una alianza económica con el empresario David Patey, que les ha permitido entrar a competir en grande.
"La competencia ha cambiado muchísimo, porque casi todos los vendedores de aquí en Tamarindo están enfocados en llevarse a la gente para los volcanes, sin ofrecer lo que tenemos aquí. Entrar en ese mercado es muy difícil, pero lo que nos distingue es el trabajo que hemos hecho con Pizarro y mantener los senderos como los tenemos", reconoce Cerdas.
"La gente se está dando cuenta de que el canopy volvió y de la forma que lo hizo: el diseño de las plataformas, el equipo, la seguridad y el mantenimiento de los árboles. No tengo ningún temor de que pronto estará lleno otra vez", concluyó el empresario.
Lugar: Hilltop Alventure Park.
Dónde: Tamarindo, Guanacaste.
Contacto: 2653-2121.
Agradecimiento a: Condominios Paradizio, en Playa del Coco.