
El pilates está en todas partes. En reels, en stories, en frases de motivación escritas en tipografías suaves sobre fotos de estudios iluminados con neón y eucalipto. Pero más allá de lo estético —que sí, nos encanta—, esta disciplina exige algo que no siempre se muestra en redes: conocimiento profundo del cuerpo humano y una guía profesional real.
¿Por qué es clave elegir bien?
El crecimiento de los estudios de pilates en Costa Rica refleja el interés por una vida más activa y consciente. Cada vez hay más opciones para moverse y cuidarse, lo cual es una excelente noticia. Sin embargo, a la hora de elegir dónde y con quién practicar, es importante ir más allá del look o del feed.

Claudia Naranjo, instructora de Pilates y propietaria de Reformer Studio Pilates en Ecoplaza Villareal, con 16 años de experiencia y certificación formal desde hace más de una década, advierte que no basta con solo saber los ejercicios:
“Un buen instructor debe saber hacer adaptaciones reales. No todos los cuerpos se mueven igual ni tienen las mismas capacidades. Hay que leer, corregir y ajustar.”
Un instructor capacitado debe poder identificar si una persona necesita modificar un ejercicio por una lesión, si hay desalineaciones, si debe referir a un fisioterapeuta y/o médico. Pilates no es copiar y pegar movimientos, es trabajar con conciencia individualizada.
¿De dónde viene el pilates y por qué importa?
Joseph Pilates, el creador de esta técnica, desarrolló el método a principios del siglo XX convencido de que la salud física y mental están completamente conectadas. Su enfoque era tan riguroso como detallista: se enfocaba en movimientos precisos, insistía en la alineación, la respiración, el control absoluto de cada ejercicio. No se trataba solo de moverse, sino de moverse bien.
“Contrology”, como él lo llamó, tenía como base la precisión y la consciencia corporal. Nada quedaba al azar.
Con el tiempo, el método evolucionó y hoy existen dos grandes enfoques: el pilates clásico (que sigue al pie de la letra los ejercicios originales) y el contemporáneo (que se adapta a las necesidades y biomecánica de cada cuerpo). Ambos comparten una misma raíz: el respeto absoluto por el cuerpo y su capacidad de transformación.

¿Qué es realmente el pilates?
Pilates es una disciplina que fortalece desde el centro (el famoso core), mejora la postura, la movilidad, la estabilidad y la respiración. Puede ser suave o intenso, pero siempre consciente. Se puede practicar en suelo (mat pilates) o con máquinas como el reformer, que añade resistencia para trabajar con más profundidad.
Claudia recomienda prestar atención a ciertos aspectos clave antes de comprometerse con un espacio.
“El pilates puede parecer suave, pero mal ejecutado puede generar lesiones, sobrecargas musculares y malas posturas. Hay que saber leer el cuerpo de cada alumno”, explica.

Señales de un buen estudio (y qué evitar)
Buscá:
- Instructores con formación profesional y experiencia.
- Clases pequeñas, con atención personalizada.
- Estudios limpios, seguros, con buen mantenimiento.
- Que te pregunten por tu historial médico antes de empezar.
Evitá:
- Espacios que priorizan el look sobre la técnica.
- Instructores que no corrigen ni observan.
- Clases masivas sin adaptación.
- Falta de supervisión o protocolos de seguridad.
“Una certificación de fin de semana no te prepara para guiar a otras personas con seguridad”, advierte Claudia.
Los sí y los no al momento de elegir tu estudio
Sí:
- Investigá la formación del instructor.
- Asegúrate de que haya correcciones y seguimiento.
- Elegí un espacio que cuide tu salud tanto como su estética.
No:
- No te dejes llevar solo por un feed bonito.
- No normalices el dolor durante o después de clase.
- No sigás si sentís que no estás recibiendo atención adecuada.

Pilates es una práctica poderosa. Mejora tu postura, tu energía, tu relación con el cuerpo. Pero, como todo lo importante, necesita compromiso, técnica y conocimiento. No es solo una tendencia visual, el pilates es lo máximo, pero solo cuando está bien hecho. Para eso, necesitás algo más que una buena playlist y un tapete caro: necesitás criterio.
Así que sí, que tu estudio tenga plantas y espejos grandes. Pero que también tenga conocimiento, atención y respeto por tu cuerpo. Empezá por elegir bien y que tu próximo estudio sea lindo, sí, pero sobre todo, que te cuide.