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(Rafael Pacheco Granados)
“Todo empezó con la pandemia, con el encierro, hubo un momento que sentí mucha ansiedad, y mi mente me pedía ocuparme en algo, necesitaba un reto”, así empieza la historia de Pijamas y Más, el emprendimiento de la familia de Marysella Rodríguez, el alma creativa de este negocio.
Su esposo se había quedado sin trabajo, ella conservaba el suyo, pero como profesora de español como lengua extranjera en una academia de idiomas, no sabía hasta cuando iba a trabajar, sobre todo, porque en ese momento su trabajo era presencial y para ese entonces, todo era incierto.
Mary, como le dice la gente, es dinámica, con una personalidad que no se detiene, por lo que la normalidad de aquel momento, donde estaba obligada a estar en la casa, le fue afectando emocionalmente, hasta que un día su esposo le propuso diseñar pijamas para vender.
“A partir del momento que él me propuso la idea tuve un sentimiento muy positivo, me sonó muchísimo. Era algo que nunca había hecho, mi esposo, conocía de la industria textil, pero para mí todo era nuevo. De inmediato, empecé a investigar, a crear ideas, buscar materiales, patrones, hilos, tijeras… y empezamos”.
Con una máquina de coser prestada, hicieron la primer pijama. Transformaron la sala, corrieron los muebles y abrieron espacio para su taller de costura. Hicieron equipo, ella buscaba las telas, cortaba, hacía los diseños, y su esposo cosía. Esa distribución de tareas aún la mantienen.
Puso su reto a Prueba
La primera producción fue de pijamas de mujer, seis en total, dos de cada talla. Mary sacó fotos, hizo una página de Facebook y lo compartió con todas las personas que conocía, sin saberlo activó una campaña de mercadeo, y lo hizo como toda una experta. Pasó de educadora de español, a creativa, diseñadora, vendedora, y encargada de mercadeo.
A pesar de que sabía que en el mercado ya muchos vendían pijamas, para Mary el factor diferenciador de su negocio sería un servicio totalmente personalizado, hacer que la compra de una pijama, se convirtiera para sus clientes en toda una experiencia. “Yo digo que nuestras pijamas tienen actitud.
El proceso de creación es único, y así lo hacemos notar, nuestros clientes eligen la teja entre un catálogo enorme para todos los gustos, vemos el diseño, el estilo, combinamos colores, hacemos recomendaciones, pero, al final, el cliente elige absolutamente todo, es como una creación propia, y esa es nuestra diferencia”, comentó Mary.
Esa experiencia ha hecho que sus clientes la recomienden, que el “de boca en boca” sea su principal respaldo, y así, de las primeras seis pijamas, pasaron a doce, y hasta la fecha la producción no se ha detenido.
Al principio sus pijamas eran solo de short, y de mujer, luego empezaron a hacer con pantalón, después, incursionaron en modelos para hombre, luego, aparecieron los pedidos para niños, y bebés.
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Marysella Rodríguez y su esposo Alfonso Corrales se lanzaron al emprendimiento de pijamas como un proyecto familiar, luego de que él se quedara sin empleo durante la pandemia. (Rafael Pacheco Granados)
Creatividad y trabajo duro
Los retos para Mary y su familia no se detienen, y para la Navidad anterior, la primera desde que inició su emprendimiento, debió enfrentar la competencia, y la creatividad y actitud nuevamente la impulsó. “Empezamos la temporada navideña en setiembre, al principio pensé que era muy anticipado, y luego me di cuenta de que no, hicimos alrededor de 300 pijamas. Lo más importante fue que una vez más innovamos y recurrimos a pijamas con diseños exclusivos para las familias, y hasta para las mascotas, a la gente le encantó la idea”, dijo la emprendedora.
Conforme ha crecido su emprendimiento, la familia se ha ido acomodando, actualmente, Mary mantiene su trabajo como profesora, y su esposo Alfonso Corrales, obtuvo un empleo, pero ambos mantienen su emprendimiento de Pijamas y Más.
Uno de los aprendizajes que no tiene que ver propiamente con el negocio de las pijamas, es el de priorizar, ya que tener dos trabajos, ser mamá y hacer las tareas del hogar, hizo que debiera aprender a establecer prioridades, a saber que a veces no se puede hacer todo, o al menos, no al mismo tiempo, y que muchas veces, las tareas del hogar van a ir después de atender a su hijo, o de sacar algún pendiente de su trabajo.
Camino lleno de logros
Crear pijamas, empacar, enviar, la mayoría de las veces, a personas que no conoce, y saber que sus prendas van a brindar comodidad y diversión a muchas personas, es emocionante para ella.
“Me llena muchísimo cuando la gente me envía fotos y me cuenta lo que le gustan las pijamas. Me han enviado imágenes de mis pijamas en otros países, en Estados Unidos, en Argentina y hasta en España, eso me motiva a ser más creativa, a dar un mejor servicio, y a seguir adelante con este emprendimiento tan hermoso”, agregó la ahora también diseñadora.
En adelante
Este emprendimiento que surgió como alternativa para mantener una mente activa, no solo permanece, también crece y se fortalece, es por eso que Mary sigue con los planes para Pijamas y Más, y ahora visualiza este negocio como una oportunidad para que otras personas aprendan y tengan un ingreso.
Para ella, crear un taller colorido, lleno de creatividad, que sea “vibrante”, y además, le de trabajo a muchas personas, tanto hombres como mujeres, y de todas las edades, es la nueva meta, y para lograrla, hace que cada uno de sus pedidos lleve el cariño, la creatividad y la innovación a cada cliente.
Además, busca que sus telas, no solo se vean bien, sino que se mantengan con el tiempo en perfectas condiciones, que sean piezas favoritas en el guarda ropa de sus clientes.