Estamos listas frente al espejo y como toque final, buscamos aquella fragancia que nos encanta y nos hace sentir fabulosas durante todo el día ¿cierto?
Pero para lograr este objetivo, ese aroma debe definirnos y provocarnos una total armonía entre él y nosotras, y que sea capaz hasta de transmitir nuestra forma de ser … ¿Eso es posible?
Contrario con lo que el marketing nos sugiere, que debemos tener cuantas marcas y aromas que aparezcan en el mercado, lo correcto es tomarnos un tiempo para encontrar el que mejor emita nuestra esencia y estilo propio, mostrando con ello, el buen gusto que tenemos en general.
Cuando adquirimos un perfume buscamos permanecer en la memoria de quien compartimos y de esa manera, nos recuerde con agrado, o que asocie los momentos que pasamos juntos apenas perciba de nuevo el olor que emanamos en esa ocasión. Esto ocurre gracias a que cualquier esencia pasa directamente desde la nariz al sistema límbico, es decir, a la zona del cerebro en donde se encuentran las emociones primarias y no pasan por el córtex, que es la zona racional. De ahí la pasión positiva o negativa que a veces se siente por un aroma determinado.
Perfumes y personalidad
Algunos ejemplos de las fragancias que existe en el mercado y que se pueden ajustar a determinados tipos de personalidad son los siguientes.
Amaderados: Aromas como el sándalo y la madera de cedro son muy clásicos, elegantes y ligeramente masculinos.
Cítricos: Estas son frescas que gustan a personas que no quieren imponer su presencia, y a las que prefieren los olores “a limpio”.
Marinos: Capturan el aroma del agua de mar y las algas. Gustan a las personas deportistas y amantes del aire libre o el agua.
Florales: Son el corazón de la gran mayoría de los perfumes clásicos y gustan básicamente a personas apasionadas que reconocen el encanto de las cosas hermosas y los pequeños detalles.
De flores blancas: Nardos, gardenias, lirios o fresias, son flores que resultan muy carnales, sensuales y gustan a las personas coquetas, dulces y cariñosas.
Orientales: Las notas de ámbar, vainilla, pachulí o pimientas, son la base para fragancias orientales, que atraen a las personas seguras de sí mismas, de fuerte personalidad y sin miedo a destacar ante los demás.
Gourmet: Estos perfumes contienen notas comestibles como chocolate, vainilla, frutas dulces, higos o algodón de azúcar. Tienen gran éxito entre personas que se sienten y se saben “sexys” y atrevidas, así como entre las chicas jovencitas que adoran este toque goloso.
Otra detalle a considerar es que la mejor parte para aplicar la fragancia es el cuello, pero para probarlo, rocíalo en el dorso de la muñeca y no sobre un papel, tu ph es el que determinará la reacción sobre tu piel y por lo tanto, el aroma final.
Cuando compres tu próximo perfume, tómate tu tiempo y analiza cuáles grupos de aromas son los de tu agrado, probablemente identifiques tu tipo de personalidad. Una vez que lo encuentres, permanece un buen tiempo con él … con esto lograrás que cuando alguien perciba ese mismo aroma en otra parte u otra persona, diga … “me recuerda a ti”
Cuéntanos, ¿Reconociste alguno de ellos como tu preferido?
Recuerda:
“Que tu Imagen te ayude a triunfar”.
Irene Jara Ocampo
Con más de 12 años de experiencia en la gestión de la Imagen Pública y la Marca Personal, trabaja con empresarios, profesionales independientes, ejecutivos en ascenso, políticos y deportistas élite.
Conferencista y columnista internacional.