De los tres miembros fundadores de The Wailers podría decir que Bunny es el menos reconocido comercialmente hablando, sin ser menos importante. En muchas bandas legendarias suele suceder lo mismo. Bunny Wailer, miembro fundador de la agrupación, junto a Peter Tosh y Bob Marley, fue parte de una época dorada de la música jamaiquina, donde los arreglos vocales eran parte fundamental en las composiciones. Ese fue precisamente uno de los aportes más fuertes de Wailer al grupo.
Si bien no todos tenían sus partes principales, todos eran piezas fundamentales para que esas voces lograran conquistar tantos oídos como lo hicieron. En sus inicios, Bunny tuvo más participación estelar en las canciones, pero después asumió otro tipo de rol también fundamental para la obra.
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Su aporte en la banda era más armonioso, fungiendo como un gran apoyo, y entendió en el camino que su espacio para que la música sonara mejor era ese. Sin embargo, más adelante, cuando hizo canciones en solitario, retomó el papel que años antes le había quedado tan bien.
La retirada de Wailer del grupo fue una decisión tomada por convicción, según dicen. No era de su agrado salir de Jamaica, además no estaba muy de acuerdo con los lugares donde estaba previsto que el grupo iba a presentar sus shows, según se reseña en varios reportajes sobre su vida. Esta decisión dice mucho de su personalidad, pues mientras que muchos artistas buscan el sueño de tocar fuera de su país, la postura de Wailer se mantuvo firme hasta el final. Fue todo un ejemplo: sea cual sea la decisión de vida que se tome, cuando se hace por convicción merece respeto.
Bunny Wailer representa para mí una gran parte de la historia de un género que conquistó el mundo, siendo integrante de uno de los tríos más importantes de la música, no solo del reggae.
Inglaterra tuvo sus Beatles, Jamaica tuvo a sus Wailers.
Uno de mis primeros contactos con Bunny fue en la adolescencia. Mi madre me regaló el disco Bunny Wailer Sings The Wailers en su afán de que me enamorara aún más del género. Las versiones de las canciones de The Wailers, en voz y talento de Bunny eran muy diferentes a lo que había escuchado de la banda; su estilo era muy suyo, marcadamente diferente a los de Bob y Peter.
Ese estilo musical también lo fui conociendo más a profundidad con los videos de sesiones musicales en las que estaban los tres, donde Bunny tocaba. Interesante fue cuando lo vi cantando y tocando la percusión con The Wailers. Hoy, muchos años después, aprecio que lo que hacía Bunny con sus armonías y la percusión era algo más que admirable.
La vida le dio a Bunny la oportunidad de vivir las glorias de The Wailers mucho más tiempo de lo que sus compañeros pudieron. Su longevidad le permitió ver al género convertirse en lo que actualmente es, en disfrutar a su manera de la cosecha de una obra que hoy por hoy sigue dándole frutos al arte. Terminó siendo una leyenda viviente.
Posiblemente no fue el más famoso de los tres Wailers, pero sí que disfrutó la gloria de lo que él y sus compañeros hicieron con méritos en sus carreras.
Su muerte es un golpe doble. Primero por la pérdida de un artista de tal talento, segundo porque él era la representación en vida de lo que fue el trío. La leyenda lo sobrepasa, su legado sigue intacto y vivo a través de la música, historias, videos y obras.
El autor es cantante de la banda Ojo de Buey.