Llevar nombres de famosos a una papeleta electoral es como jugar las 16 cartas de la suerte en Monopoly. No hay garantía de ganar, pero sí buenas posibilidades.
La mayoría de las personalidades ticas que han aspirado a puestos de elección popular soñaban –o al menos sus partidos– con una curul en la Asamblea Legislativa.
Que lo diga el motivador Juan José Vargas, tan bien conocido por su “¡Bueeeenos días, Costa Rica!”, quien luego de ser diputado en el período 2002-2006 por el Partido Acción Ciudadana (PAC) formó la agrupación Patria Primero y se armó con dos fichas fuertes: el futbolista Evaristo Coronado y Gerardo Ramírez, vocalista de Los Hicsos.
Vargas reconoce que a él le ofrecieron la diputación por ser una figura pública y, claro está, decidió usar la misma fórmula. Su nombre encabezaba como candidato presidencial, mientras por asientos en el Congreso iban también el cantautor religioso Juan Nolan y el periodista deportivo Adrián el Cazador Barboza.
Coronado aceptó el primer puesto por San José para ayudar a Vargas, a quien tan solo había escuchado en la radio.
Ramírez, por su parte, se negó en un primer momento porque sus obligaciones con la orquesta le consumían mucho tiempo, pero esto no le pareció relevante al líder de ese partido. “Yo no fui a una reunión ni nada, simplemente aparecí en la papeleta en el tercer lugar por Cartago”, admite el músico.
El baldazo de agua fría llegó el 5 de febrero del 2006, cuando el conteo de votos acabó con las cortas ilusiones diputadiles que habían comenzado a formarse. Patria Primero no consiguió ni una sola diputación.
“Lo más curioso fue que, en varias encuestas que hicieron antes de las elecciones, yo salía (como legislador electo), y casi que había opción de que saliera otro candidato del partido nuestro”, rememora Coronado, a quien le faltaron menos de mil votos para lograr su cometido.
La suerte tampoco fue complaciente con el cantante Kike de Heredia, quien en ese mismo año, el 2006, luchó por una curul de la mano de Renovación Costarricense, el partido de Justo Orozco.
“Me buscaron más que nada por tener un nombre que la gente conociera. De hecho, llegábamos a los pueblos y la gente decía ‘este es el partido de Kike de Heredia’”, rememora.
Más de cuatro décadas antes, en 1962, el calderonismo tocó a la puerta de Alejandro Morera Soto con las mismas intenciones. En esa ocasión, la jugada sí fue certera.
Sergio Ardón, exdiputado y yerno del ícono rojinegro, no podría destacar algún logro de Morera en la Asamblea Legislativa, pues acepta que no era un diputado muy activo y que la política llegó a su vida por accidente.
“Él nos contaba lo triste que era ver a Oduber, entonces diputado de Liberación, y a algún otro legislador importante de la Unidad, maltratándose y sacándose los trapos sucios en el plenario, y luego tomando café entre risas. A él le impactaba muchísimo eso”.
Luego, en el gobierno de José Joaquín Trejos, Morera fue gobernador de Alajuela, hoy equivalente al puesto de alcalde.
Laurens Molina también estuvo entre los corrillos municipales, pero en el cantón capitalino y en el cuatrienio que comenzó en el 2006. El atleta paralímpico fue regidor verdiblanco y hasta presidente municipal.
¿Y cómo olvidar los Comentarios con el doctor Abel Pacheco , aquel espacio televisivo que lanzó al máximo cargo político al psiquiatra que admitía ser un desconocedor de la economía?
Esta vez, habrá que esperar los números de las urnas para saber si las estrategias partidarias lograrán conquistar Cuesta de Moras con las cartas de Thelma Darkings, Rocío Carranza, Fabricio Alvarado y Dionisio Cabal.