Charcos de sangre, fuego y púrpura manchaban la arena puntarenense. En distintos momentos, sus cadáveres yacían a la intemperie, hasta que algunas almas piadosas de la Angostura los rescataron de las aves carroñeras.
Fue un triste final, la absurda conclusión de la gran Campaña Nacional 1856-1857, después de que hace 161 años, el 30 de setiembre y el 2 de octubre de 1860, víctimas de la traición, dos nobles ciudadanos costarricenses fueron abatidos por los fusiles de la ignominia.
Fue aquel uno de los actos deleznables que registra la historia de nuestros pueblos centroamericanos. Juan Rafael Mora, el presidente y caudillo de la Campaña Nacional, y su hombre de confianza, el gallardo y valiente general José María Cañas, despojados de sus méritos, fueron asesinados luego de que Mora -en opinión de muchos historiadores, el mejor mandatario que ha tenido Costa Rica-, había aceptado entregarse, siempre que se respetara la vida de sus aliados.
La gesta está escrita, certificada y documentada en la letra insigne de los historiadores centroamericanos. Visto así, nada nuevo hay bajo el sol, se podría creer, salvo un “pequeño gran detalle”: la hazaña está vívidamente narrada en las imágenes en movimiento.
Desconocida para las mayorías, Gesta del 56 es una teleserie de producción nacional con rigor histórico y excelente factura técnica que se puede mirar, disfrutar, analizar y repasar en la plataforma del Youtube. Carlos Freer Valle fue el principal creador de esta miniserie de ocho capítulos.
Pionero del cine documental, devoto de la única secta que ha seguido por más de cuarenta años, del pensamiento al lápiz, del bosquejo al obturador y a través del haz de luz en la pantalla, Freer indaga, rescata, contextualiza, documenta, insiste y traza los alcances del trascendental acontecimiento en una retrospectiva audiovisual con visión de futuro, pues la Campaña Nacional es un eterno presente, toda vez que, más allá del bicentenario que celebramos, la verdadera identidad nacional se forjó en esa decisiva hazaña de mediados del siglo XIX, una verdad incuestionable que describen a fondo las voces especializadas en Gesta del 56.
Solo un tipo como él, minucioso, metódico, tenaz y, claro está, leído y culto, pudo emprender en el 2006 la creación de una teleserie en un canal universitario, por definición, de escasos recursos económicos y producción limitada, carencias que logró solventar con paciencia, imaginación, creatividad y empuje en la investigación, escritura, “guionización” y puesta en escena al tenor de ¡luces, sonido, cámara, acción!
Las bondades de esta producción con lenguaje cinematográfico fueron reconocidas en su momento por destacadas personalidades del país, como doña Estrella Zeledón Lizano, inolvidable primera dama de la República (1978-1982). Doña Estrella nunca se cansó de insistir ante funcionarios indiferentes, circunspectos e incrédulos, para que el Ministerio de Educación difundiera la teleserie en colegios y universidades.
Era su anhelo, que el hilo narrativo de sangre, fuego y libertad en tiempos épicos, impregnara el alma de los estudiantes.
Con amigos, colegas y cómplices, el productor, co-director y guionista fue urdiendo la trama que se estrenó en el Canal 15 UCR, televisora que Carlos Freer dirigió por ocho años (2000-2008), lapso en el que el veterano cineasta transformó un modesto laboratorio televisivo estudiantil en un canal de dimensión nacional.
Pero, ¿qué pretendía alcanzar al emprender esta serie? Dejemos que nos explique.
“La idea surgió a raíz de que estaba cercana, para el año 2006, la celebración del 150 aniversario de la Campaña Nacional”, recuerda Freer. “Pensé que la mejor manera de crear una verdadera conciencia sobre su significado era realizar lo que, en principio, imaginé como un docudrama, o sea, una mezcla de documental con escenas de ficción. Me puse en contacto con mi amigo y colega Andrés Heidenreich, con quien trabajé en múltiples producciones, principalmente en el Centro Gandhi de la Universidad para la Paz y en el 15 y, la verdad, no tuve que insistirle.
Talentoso, inquieto, dispuesto y soñador como ha sido siempre, en cuestión de dos semanas, regresó muy orondo a mi oficina y desplegó en el escritorio la escaleta de un primer capítulo, pleno de escenas de ficción, incluidas locaciones y protagonistas”.
Desilusión y chispazo
“Me puse a buscar recursos económicos para emprender la osada aventura y muy pronto comencé a oír evasivas… ‘Hum, quien sabe’, ‘a lo mejor’, ‘podría ser’, ‘vamos a estudiar su propuesta’, o ‘no nos llame, nosotros lo llamamos’, en fin, excusas así”, rememora Freer.
“Sin embargo, cada portazo que daba en mis narices, me acicateaba el alma. Qué tal si pensamos en una serie con escenas de animación, me pregunté. Sin dejar de ser costosa, la opción reducía onerosos rubros como la contratación de actores y actrices, vestuarios, locaciones, hospedaje y otros elementos propios de la parafernalia cinematográfica”, agregó.
La inquietud prendió fuego. Freer asumió el mando de un equipo de soñadores atrevidos y arrancó el proyecto. Heidenreich, Héctor Madrigal y Rocío Fernández Monge, del canal universitario, iniciaron un “boca a boca” que fue ganando adeptos.
Por ejemplo, Madrigal convenció a su compañero de trabajo en Sonivisión, Fidel Gamboa Goldemberg, quien, por una módica suma, se dispuso componer a deshoras la banda musical de la teleserie. “No seré yo quien redunde en el extraordinario talento de nuestro recordado músico y cantautor de Malpaís”, apunta Carlos. “Bastará con que vean la serie para que la partitura, vital en la narrativa, les erice la piel”. Son ocho temas, bellos, impactantes, presentes a lo largo de los ocho capítulos, sustanciales en el carácter épico de la serie.
Cuenta Freer que el desaparecido compositor invirtió tiempo, transpiración, inspiración y, quién lo duda, su genio creador. “Por cierto, a las voces corales profesionales, como Daniela Rodríguez y Jaime Gamboa, connotados artistas, Fidel agregó a dos miembros de nuestro equipo de producción que no cantan ni en karaoke. No obstante, el añorado maestro Gamboa logró acoplar las voces de Heidenreich y Madrigal que no desentonan, para nada, en la grabación”, resaltó el productor.
Además de la línea narrativa propiamente dicha, de la banda sonora y efectos especiales, el personaje que representa María Bonilla en toda la serie enlaza adecuadamente los capítulos. Con su indudable calidad histriónica y memoria privilegiada, esta gran actriz pone en contexto y narra las variables históricas de cada capítulo.
Carpintería del talento
Osvaldo Sequeira y Roberto Guillén, socios del Studio Flex, expertos de la animación digital, también aportaron su sapiencia, entusiasmo y la maravillosa tecnología que dominan para ilustrar 15 momentos claves del relato, lo mismo que el pintor alajuelense Carlos Aguilar. Habíamos estudiado su vasta producción pictórica sobre la Campaña Nacional.
“Invité a Aguilar al Canal 15, le expliqué lo mucho que necesitábamos las imágenes de sus cuadros. Nos tomamos un café en compañía de su esposa, quien nos ayudó a convencerlo y él accedió a que usáramos lo que quisiéramos de su obra”, explicó Freer.
“Es más, en el transcurso de los trabajos de la serie, creó otros cuadros a nuestro pedido. Realmente, nunca dejaré de agradecer a don Carlos Aguilar su magnanimidad”, enfatiza.
Todo suma y el fervor multiplica. Heidenreich dirigió la mayoría de las entrevistas y las giras en Costa Rica y en Nicaragua, tanto que junto a Freer fueron merecedores del premio Áncora-Viva que el periódico La Nación otorgó a Gesta del 56, en 2011.
Héctor Madrigal aportó su vasta experiencia en fotografía de documentos, sonido y edición técnica. También fue sustantiva la asistencia de Rocío Fernández Monge y, en general, del equipo de realización y la amplia gama de técnicos del canal universitario, cuyos nombres aparecen en los créditos finales. Sin olvidar el respaldo incondicional de Yamileth González, rectora de la UCR en ese periodo, del exrector Fernando Durán Ayanegui, la Municipalidad de San José, el Centro de Cine (MCJ) y el Instituto Centroamericano de Extensión de la Cultura (ICECU).
Valores de producción
Acerca de las colecciones de pinturas, dibujos, daguerrotipos, fotografías, documentos, locaciones y otros elementos vinculados con el tema, Freer recibió un inconmensurable apoyo del Museo Juan Santamaría, el Archivo Nacional, el Museo Nacional, los Museos del Banco Central, la Catedral Metropolitana de San José y de entidades nicaragüenses como la Casa de los Tres Mundos de Granada, el Museo de Antropología e Historia de Rivas y el Museo Casa San Jacinto.
“Hablando de actos magnánimos, quiero consignar un especial agradecimiento para mi amigo Samuel Rovinski, de tan grata memoria, quien me autorizó a utilizar tomas de su documental La Guerra de los Filibusteros; igualmente al Centro de Cine la autorización para incluir en la serie una secuencia de Santa Rosa, la Batalla de la Libertad, del querido y recordado compañero Edgar Trigueros”, comentó Freer.
Teleserie pionera
Una vasta gama de tópicos en forma y contenidos otorgan el carácter pionero a Gesta del 56. Por ejemplo, de cómo en Costa Rica se había conformado un ejército desde años atrás de la guerra. Se hace una aproximación a la figura de Mora como estadista; hombre enérgico, visionario; un recuento de su obra de gobierno, su vida de joven trotamundos, su visión pronta del peligro que significaba William Walker para Costa Rica, sus patrióticas proclamas y su valentía al acudir personalmente al campo de batalla; su lucha contra sus enemigos políticos y finalmente su derrota en la Angostura, tras un enfrentamiento fratricida y su cruel y vergonzoso fusilamiento.
“Del General Cañas queda patente su valentía, su hidalguía, su participación decisiva contra los filibusteros en Rivas y en San Juan del Sur, y su jefatura tan atinada en el retiro de suelo nicaragüense de las tropas costarricenses azotadas por el cólera. Cañas era un militar muy querido por sus soldados. “Esto es significativo, pues si los soldados estiman a un jefe, es porque saben que este es capaz de llevarlos con bien”, señala Freer.
Otro aspecto muy novedoso de Gesta del 56 fueron las giras realizadas a Nicaragua, para mostrar el verdadero escenario de los acontecimientos de la guerra contra los filibusteros. El río San Juan, las ciudades de Rivas, León, Granada, Tipitapa, San Juan del Sur y los vestigios de San Juan del Norte, entre otras locaciones.
Se relatan las tres batallas que ocurrieron en Rivas, aspecto poco conocido, y también la serie da un énfasis especial a la hecatombe nacional que vivió Costa Rica a raíz de la mortal epidemia del cólera, que llevó a la muerte a la décima parte de la población de entonces. Difícilmente se ha dado una tragedia mayor en toda la historia costarricense. Y ni qué decir de la sustantiva, laboriosa y valiente participación de la mujer en el mantenimiento de la vida cotidiana en el país, mientras nuestros soldados combatían en el norte del territorio y en Nicaragua.
También se hace un análisis detallado de la personalidad, la vida y el pensamiento de William Walker, ligado a la doctrina del ‘Destino Manifiesto’, así como su muerte por fusilamiento en Trujillo de Honduras, pocos días antes de las ejecuciones de Mora y Cañas. Además, casi todo un capítulo abarca la toma heroica de la Vía del Tránsito, para muchos historiadores, la verdadera clave de la derrota de los filibusteros.
Cabe destacar que, en un lapso de dos o tres años, Carlos Freer Valle, inspirador y productor general de Gesta del 56 alternó la conducción del Canal 15 con la producción de la teleserie. “Leí varios libros, especialmente Costa Rica y la guerra contra los filibusteros, de Rafael Obregón Loría, que me sirvió de base para marcar el hilo narrativo; La Campaña Nacional (1856-1857), Una visión desde el siglo XXI, de Iván Molina Jiménez; William Walker: El predestinado de los ojos grises de Alejandro Bolaños Geyer, y partes de La Guerra de Nicaragua, de William Walker, en la versión castellana de Ricardo Fernández Guardia.
“Hablé con estudiosos y expertos; escribí y reescribí el guion varias veces; tuve a mi cargo la dirección de escenas de estudio interpretadas por María Bonilla; también supervisé la locución que hicieron los magníficos Luis Diego Solórzano y Amando Gatgens; las voces en off y caracterizaciones de mis amigos y colegas Ingo Niehaus y Laura Molina, así como un elenco de jóvenes estudiantes de Artes Dramáticas, quienes vivaron, rezaron, gritaron y lloraron para apoyar el tratamiento sonoro y dramático de algunas escenas”, enfatizó Freer.
Soporte y consistencia histórica
“Veintisiete historiadores costarricenses, siete nicaragüenses y dos estadounidenses, conforman la base histórica, ideológica, de acciones militares, costumbristas y demás contenidos de Gesta del 56. Son ellos el escritor y biógrafo de Juan Rafael Mora, Armando Vargas; Víctor Hugo Acuña, Clotilde Obregón, Manuel Araya, Frances Kinloch y Ramón Valdés, historiadores; especialistas en geopolítica como Mario Fernández Silva; Leonardo Mata, científico, y Luko Hilje, científico y escritor; Manuel Mora Salas, Fernando Leitón y Werner Korte, expertos en tácticas marciales; Ana María Botey y Marjorie Ross, investigadoras; en fin, un total de 36 intelectuales conforman el ilustre grupo que da autoridad, brillo y certeza al relato de ocho capítulos”, destaca Freer Valle.
Además, en la coordinación de todos esos contenidos, colaboró Patricia Fumero, especialista y conocedora como pocos del tema.
“El universo siempre conspira a favor de los soñadores”. No sé de quién es la frase, pero cae al pelo para concluir el relato de un avezado documentalista y sus jóvenes creadores. Juntos se la creyeron y acometieron una teleserie orgullosamente nacional que dignifica la creatividad, el talento natural y un afán riguroso y sin concesiones para, sobre todas las cosas, rescatar del olvido y de los picotazos de las aves carroñeras la honra y gloria del presidente Mora, del General Cañas y los labriegos sencillos que forjaron nuestra identidad en aquella gloriosa gesta.
FICHA TÉCNICA
Producción General: Carlos Freer.
Dirección: Andrés Heidenreich, Carlos Freer.
Guion y narración: Carlos Freer.
Investigación: Carlos Freer, con la colaboración de Andrés Heidenreich.
Fotografía: Manuel Vásquez, Giovanni Blanco.
Iluminación: Jorge Calderón.
Música original: Fidel Gamboa.
Sonido y mezcla final: Héctor Madrigal.
Pinturas y bocetos históricos: Carlos Aguilar.
Animaciones: Studio Flex.
Edición: Héctor Madrigal (técnica), Carlos Freer, Andrés Heidenreich (conceptual).
Locución: Luis Diego Solórzano, Amando Gatgens.
Actuaciones especiales
Diego Andrés Soto (como Juan Rafael Mora Porras).
Ingo Niehaus (como José Joaquín Mora Porras).
María Bonilla ( Relatora en Estudio),
Voces escénicas (en off): Ingo Niehaus, Laura Molina.
Alumnos Artes Dramáticas UCR.
Asistentes de investigación y producción
Rocío Fernández Monge (colaboración especial con la Producción General), Marcela Zúñiga, Carla Salas, Catalina Calvo, Yara Salazar, Yacksiry Ramírez, Katherine Hernández.
Producción Ejecutiva: Carlos Freer, Canal 15 UCR.
Premio Áncora-Viva periódico “La Nación”, 2011.