EscucharCarlos Slim es el segundo hombre más rico del mundo, y piensa que usted trabaja demasiado. En una entrevista que concedió a CNN , el magnate mexicano de las telecomunicaciones dijo que se debería trabajar 11 horas al día..., pero no se asuste: solo tres días por semana.
“Pienso que las máquinas deberían trabajar 24 horas diarias, el servicio al cliente debería funcionar lo máximo posible, todo debería trabajar más, pero uno debería tener más tiempo para uno mismo durante la vida”, dijo.
Slim ya había abogado tiempo atrás por la misma idea de esquemas de trabajo reducidos, en una conferencia de negocios en Paraguay. El mexicano sostiene que la esperanza de vida ha aumentado, y que seguramente cada vez tendremos que laborar por más años, así que su fórmula es trabajar menos intensivamente y más extensivamente.
Entre los países que forman parte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OECD, por sus siglas en inglés), México –el país de Slim– tiene uno de los peores índices de balance entre el trabajo y la vida personal (solo por encima de Turquía). El escalafón está dominado, sin sorpresa, por Dinamarca.
Según datos del 2012, los mexicanos pasan más horas de su día trabajando que ningún trabajador de los otros países de la OECD, y eso que viene seguido por Japón.
De acuerdo con The Financial Times , la compañía telefónica de Slim, Telmex, ha implementado un sistema mediante el cual los empleados que se acogen a un contrato colectivo de trabajo antes de sus 20 años se pueden retirar antes de que cumplan 50, y tienen la opción de seguir trabajando por una paga completa cuatro días por semana.
Menos horas
Entre los trabajadores de menor estatus socioeconómico, las largas horas de trabajo están relacionadas con un mayor riesgo de padecer diabetes tipo 2. En el caso de los trabajos de oficina, las personas que trabajaban rutinariamente por 11 horas al día, o más, suelen presentar más del doble de riesgo de desarrollar depresión comparadas con aquellas que trabajan ocho horas o menos, reporta The New York Times .
Slim, por su parte, practica lo que predica: tiene 74 años y sigue dedicándose a los negocios; eso sí, poquito: también disfruta del estilo de vida que puede comprar una fortuna de $82.000 millones.
