
Este domingo 5 de junio, La Nación conmemorará el Día Mundial del Medio Ambiente, y la Revista Dominical formará parte de esta iniciativa desde nuestra portada.
El artículo principal de nuestra siguiente edición hace un recorrido por nuestra capital, pero esta vez sus protagonistas no son los sospechosos usuales, sino un sector de la ciudad que rara vez tomamos en cuenta: los animales.
El periodista Alessandro Solís conversó con varios especialistas y caminó por calles, parques y edificios para encontrar a los animales que forman parte de nuestro entramado urbano. Junto a la fotoperiodista Mayela López, descubrió toda suerte de fauna, ardillas, serpientes y hasta hermosos patos que lo cautivaron en particular.
Todas las madrugadas, cerca de mi casa, en San José, decenas de pájaros empiezan a cantar al unísono, a deshoras y casi con desesperación. Mi sospecha –al despertarme constantemente a las 3 a. m. por el ruido de las aves– era que algo andaba mal, o por lo menos desordenado. Salvo el caso de los yigüirros, no es común que un pájaro cante a esa hora.
Haciendo entrevistas con los entendidos en la materia, comprendí que en el marco de lo que entendemos como natural y lo que entendemos como urbanidad, las fronteras son delgadas y efímeras. Conforme el ser humano ha ido expandiendo su ocupación de la tierra, la vida silvestre se ha visto obligada a transformarse con tal de sobrevivir. Como parte de eso, algunos pájaros cantan en las madrugadas, quizá porque es más fácil que sus pares los escuchen de noche, o tal vez porque las luces de la ciudad provocan confusiones de horario.
Situaciones similares se dan con muchas otras aves, algunos mamíferos y ciertas serpientes: la relación entre fauna y ciudad es una que puede generar complicaciones para algunas especies, puede ahuyentar a otras y también puede provocar ediciones en la fisionomía y el funcionamiento de algunos animales.
En San José conviven especies que llevan cientos de años ahí con otras que apenas están llegando, principalmente por la pérdida de humedales y los bruscos cambios de temperatura. Y aunque algunos quieran creer que la ciudad no es lugar para la vida silvestre, en realidad deberíamos de cambiar la mentalidad hacia una forma más horizontal e inclusiva de convivir con el mundo animal.
—Alessandro Solís.
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Un sector de la comunidad científica sostiene que la Tierra vive una nueva era en la cronología geológica. Defienden que atrás quedó el Holoceno, el tiempo que comenzó tras la Era de Hielo y que permitió el auge de la civilización humana. En cambio, vivimos ahora en el Antropoceno, una era determinada por la acción del ser humano y su impacto en el planeta. El periodista Danny Brenes ahondó en el tema y lo presenta en un artículo titulado El tiempo de los humanos.
La cercanía no merma la gracia del Pacífico Central, un destino tan accesible como exhuberante. Viaje con la periodista Natalia Díaz, entréguese al sedante ritmo de la naturaleza y déjese seducir por el espíritu del ocio.
Además, se cuentan ya tres años desde que Edward Snowden filtró información que confirmaba el espionaje desmedido que lleva a cabo el gobierno de Estados Unidos. ¿Qué ha cambiado desde entonces? Lo cuenta el periodista Inti Pacheco.
Esto y más, en cuenta nuestras secciones habituales, lo encontrará en la siguiente edición de la Revista Dominical.