El tema principal de la próxima edición de la Revista Dominical involucra una polémica: ¿deben ser legales las peleas de gallos? La ley –y una parte considerable de la opinión pública– dice que no, pero los galleros, fanáticos de esta actividad y del estilo de vida que acarrea, sostienen que se trata de una tradición centenaria y que, por ello mismo, deberían ser libres de jugar a los gallos sin ocultarse.
El periodista Danny Brenes conversó con un representante de los galleros y visitió una pelea de gallos, además de entrevistar a quienes se oponen rotundamente a esta práctica:
A principios de enero, se publicó en La Nación un campo pagado en el que se defendían las peleas de gallos como una tradición centenaria, fundamental para la cultura y el desarrollo de la sociedad costarricenses. Lo firmaba Alexánder Pinto, un periodista y publicista retirado con quien pude conversar extensamente. Pinto, además, me permitió asistir a una jornada de peleas.
Diré esto: los galleros distan de acoplarse a un estereotipo de criminales. Conocí médicos y abogados, dentistas e ingenieros. Todos ellos aseguran que no es su deseo hacer daño, sino que quieren que su tradición, que casi siempre es herencia familiar, sea regulada y aceptada por el estado costarricense.
Al mismo tiempo, quienes se oponen a las peleas de gallos cuentan con el peso de la ciencia y de la opinión pública a su favor, además de la ley. El maltrato animal no es un tema menor, y la diversión a costas de un combate entre dos seres vivos parece ser razonablemente incorrecta.
Aunque prefiero reservarme mi opinión personal sobre las peleas, no hay duda de que es interesante escuchar ambas partes defender su posición. Como bien lo expresó el doctor en antropología, Onésimo Rodríguez, las tradiciones no tienen por qué agradar a todo el mundo pero, al mismo tiempo, no todas las tradiciones son buenas.
El debate no parece estar cerca de acabarse pronto, sin importar lo que diga la ley.
— Danny Brenes.
***
Además, la periodista Priscilla Gómez realizó un trabajo en torno al amor y a la viudez. A través de estadísticas y testimonios, se lanzó a la búsqueda de responder una pregunta que genera, al mismo tiempo, intriga y temor: ¿existe el amor después de la muerte?
Nuestra editora, Yuri Lorena Jiménez, exploró el futuro del último capo del crimen en América Latina. ¿Qué le espera al Chapo Guzmán, el narcotraficante mexicano, tras los barrotes de una cárcel en Nueva York?
LEA: El Chapo vive su peor pesadilla
Alessandro Solís, por su parte, visitó la fábrica de las Guitarras Guzmán, toda una institución en la música costarricense; 70 años después de construir su primera guitarra, Aristides Guzmán sigue tan afinado como el primer día.
Todas estas historias, junto a nuestras secciones habituales y una compilación de fotos antiguas enviadas por nuestros lectoras, podrá encontrarlas en la siguiente edición de la Revista Dominical, de La Nación.