La sensación de que el fin de los tiempos se halla a la vuelta de la esquina parece estar obligada a morir y renacer de forma incansable.
Agotadas las posibilidades de que el 2012 fuera finalmente “el año”, la renuncia de Benedicto XVI en el 2013 se convirtió en una excelente oportunidad para que los creyentes (o creyenceros) en este tipo de profecías echaran mano de otra teoría más en la línea apocalíptica.
La más sonada se fundamenta en un texto cuya autoría se le adjudica al monje irlandés San Malaquías (1094-1148), en un documento conocido como “Las profecías de los Papas”, que se hizo público en 1595.
En resumen, el texto consta de 112 frases escritas en latín que –se supone– describen a los 112 papas desde Celestino II (1143-1144) hasta uno de nombre Pedro Romano. Respecto a este último pontífice, no hay una frase corta, sino un texto más amplio: “En la última persecución de la Santa Iglesia Romana, reinará Petrus Romanus (Pedro el Romano), quien alimentará a su grey en medio de muchas tribulaciones. Después de esto, la ciudad de las siete colinas será destruida y el temido juez juzgará a su pueblo”.
La mentada lista se ha hecho popular por las aparentes coincidencias con otros papas de reciente data. El número 110, por ejemplo, utilizaba la frase “ De labore solis ” (“De la fatiga o trabajo del sol”) y su interpretación se liga con el nacimiento y muerte de Juan Pablo II, que ocurrieron ambos en días de eclipse solar.
A Benedicto XVI le correspondería el texto “ Gloria Olivae ”, o “La gloria del olivo” que, según quienes creen en tal lista, puede ligarse con la curia benedictina, cuyo símbolo es el olivo. Otra posible interpretación es el nacimiento de Ratzinger un Sábado de Gloria, el 16 de abril de 1927.
Para que la profecía de Malaquías mantenga vigencia, el nombre del próximo pontífice debería ser Pedro y, desde días atrás, se especula que esa posibilidad existe porque dos de los candidatos papables se llaman así: Péter Erdo (arzobispo de Budapest) y Peter Turkson (de Ghana); además, otros de los candidatos lo llevan como segundo nombre, caso de Odilo Pedro Scherer, arzobispo de Sao Paulo.
Quienes creen en estos manuscritos, teorizan que el “Papa 112”, es decir, el próximo según la lista, estará al mando en los tiempos finales de la humanidad. No obstante, la Iglesia rechaza la vercaidad de estas supuestas profecías e insiste en que no se debe creer en tales textos.
El sacerdote Daniel Blanco, canciller de la Curia Metropolitana de Costa Rica explica que la teoría está errada desde su supuesto origen, ya que la famosa lista ni siquiera es de la autoría de Malaquías, sino de un sacerdote benedictino del siglo XVI llamado Arnoldo de Wyon, y que las intepretaciones son del historiador español Alfonso Chacón.
“La Iglesia nunca ha aprobado este documento porque se ha comprobado que, de 1590 en adelante, no ha tenido un acierto y más bien, para intentar que las frases coincidan, es necesario forzarlas”, dice el prelado.
Una investigación del apologista católico Jimmy Akin concluyó que los datos de la lista no son fiables si se enumera a los papas a partir de Celestino II. Más bien, calzan con pontífices que estuvieron a la cabeza de la Iglesia antes de que estos textos se escribieran.
“Hasta 1590, el 95% de las profecías aciertan claramente, y solo un 5% son vagas o dudosas. Pero a partir de 1590, solo un 8% aciertan claramente (un 41% fallan y un 51% son vagas e indemostrables)”, destaca el medio Religión en Libertad.
Esta posición sugiere que el documento no pretendía ser profético, sino solo un texto literario que hacía referencia a los pontífices hasta Urbano VII, quien ocupó el papado en 1590. {^SingleDocumentControl|(AliasPath)/2013-03-10/RevistaDominical/Articulos/RD10-FUTURO/RD10-FUTURO-quote|(ClassName)gsi.gn3quote|(Transformation)gsi.gn3quote.RevistaDominicalQuoteSinExpandir^} Descartadas
“Las profecías de los Papas” no es el único intento por anunciar la fecha del fin del mundo haciendo referencia a ciertos pontífices, pero hasta ahora, ninguno de los otros textos se ha cumplido.
Una de esas otras teorías nació en 1961, tras la aparición de la Virgen de San Sebastián de Garabandal, en España. Se cuenta que la Virgen dijo a cuatro niñas que, tras la muerte del papa Juan XXIII (en 1963), solo habría tres Papas más, es decir, que Juan Pablo II habría sido el último.
Antes de la elección de Benedicto XVI, sonaba fuerte la profecía del francés Nostradamus de que el Vaticano tendría que abandonar Roma, que Ratzinger moriría y que su sucesor sería “un papa negro”.
“Ningún tipo de profecías que presentan fines del mundo o fines del papado son aceptadas por la Iglesia, porque esta confía únicamente en la Sagrada Escritura, que más bien dice que nadie conoce el día ni la hora en que llegará el fin de los tiempos”, comenta el padre Blanco.
Mientras tanto, San Malaquías sigue deambulando en medio de especulaciones.