Hace 50 años la mafia no tenía un lugar privilegiado dentro del cine... con costos y al año había un par de largometrajes en las salas dedicadas a la vida de los criminales y no eran precisamente los más exitosos. Luego, con la llegada de los Corleone, todo cambió.
Vito Corleone y su clan tomaron por asalto al sétimo arte, propiciando un golpe cuyo legado sigue intacto cinco décadas después, de la mano de un cineasta joven y ambicioso, un elenco extraordinario e icónicas frases que se inmortalizaron en la cultura pop.
El padrino era una obra maestra. Era una propuesta diferente que hacía su debut en los cines de 1972, una película a la que el público no se pudo resistir y que los críticos no han dejado de aclamar.
Su éxito fue casi instantáneo. Y es que hay que ser honestos: el drama familiar siempre será atractivo en una historia cinematográfica y en este caso incluía, además, intrigas, traiciones, treguas y decenas de personajes fascinantes.
Según la trama, para la década de 1940 en Nueva York, Vito Corleone -el Padrino y padre de Connie, Sonny, Michael y Fredo-, está al frente de un imperio criminal, como cabeza de una de las familias italoamericanas que se dividen los negocios del crimen organizado en la ciudad.
“Su repercusión pronto multiplicó por diez la cantidad de películas que se estrenaban anualmente encabezadas por mafiosos ítalo-americanos. Y más importante todavía, introdujo un estilo y una forma de representar el universo criminal que lo legitimó como género y sentaría un precedente para la posteridad”, explica la periodista Victoria Ojam, de la agencia de noticias argentina Télam.
De hecho, la BBC cataloga la saga de gánsteres como la mejor obra de arte estadounidense por excelencia.
Una prueba de ello es que aún cuando no se haya visto la película, los nombres de Vito Corleone o Michael Corleone, por ejemplo, resuenan entre la gente.
“Se erige como la obra de arte que define a los Estados Unidos no solo sobre el crimen organizado, sino también sobre la inmigración, el capitalismo y la corrupción”, afirma la BBC.
La clave
Cuando el cineasta Francis Ford Coppola asumió el proyecto, era un novato en el cine. Tenía poco más de 30 años y una carrera por explotar.
Para el hijo de inmigrantes italianos, la oportunidad de hacer esta cinta era buena: era el escogido por Paramount Pictures para dirigir la versión cinematográfica de la obra literaria honmónima, sin embargo, el libro de Mario Puzzo no lo convencía, de hecho ni siquiera le llamaba la atención… hasta que leyó entre líneas.
No era que buscaba el estilo Shakespeare dentro de la novela de Puzo, publicada en 1969: el joven director simplemente quería capturar la esencia de los personajes, sus motivaciones y su lado humano, más allá de la vida como delincuentes.
“Detrás de todo había una gran historia, casi clásica en su naturaleza; la de un rey con tres hijos, cada uno de los cuales había heredado un aspecto de su personalidad. Me entusiasmé con extraer eso de la historia y plasmarlo en la película”, dijo Coppola en declaraciones reproducidas por Huffpost.
A partir de allí el cineasta, hoy de 82 años, y Puzo escribieron juntos el guión de la obra maestra.
“Hay que entender que, como cineasta, no sabía realmente cómo hacer El padrino (...). Aprendí a hacer El padrino haciéndola”, dijo recientemente Coppola en una entrevista con The New York Times.
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Por un tiempo El padrino fue la película más taquillera al recaudar más de $250 millones. Obtuvo múltiples galardones y nominaciones dentro de los premios más importantes de la industria hollywoodense.
Además, gracias a esta saga, sus jóvenes estrellas, como Al Pacino (Michael Corleone), Diane Keaton (Kay Adams), Robert Duvall (Tom Hagen) y James Caan (Santino Corleone) se catapultaron dentro del mercado cinematográfico. En cuanto a Marlon Brando, quien ya a esas alturas era una leyenda viviente, su personificación de don Vito lo inmortalizó como ícono dela pantalla grande.
Tras el éxito de la primera cinta, vinieron la segunda y la tercera entrega, que se estrenaron en 1974 y 1990, respectivamente. Coppola reconoce que nunca tuvo la intención de que esto pasara, pero desde el estreno del largometraje de 1972, Paramount Pictures planeaba convertir El padrino en una saga.
Un segundo filme no sonaba tan mal, pero una tercera entrega 16 años después no pareció tan atinado. Coppola había trabajado en otros proyectos, sin embargo, cargaba consigo algunos fracasos como One From the Heart y The Cotton Club cuando Paramount Pictures le propuso una última película.
“Estaba en una posición mucho menos fuerte. Francamente necesitaba el dinero y estaba saliendo de un verdadero estancamiento financiero en el que casi lo había perdido todo”, reconoció a The New York Times.
Legado
Ya sea por la trama, por las actuaciones o por la crítica, El padrino es un clásico. Además, la cinta ha heredado una gran cantidad de frases célebres.
“Le haré una propuesta que no podrá rechazar”, “Yo creo en América”; “Deja el arma, toma los cannoli”; “Si algo nos ha enseñado la historia es que se puede matar a cualquiera”; “Cada hombre tiene su propio destino”; “Nunca digas lo que piensas a alguien fuera de la familia”; y “Un abogado con su maleta puede robar más que cien hombres armados”, son algunas de estas citas que se extraen con frecuencua de la producción de Coppola.
Hoy, 50 años después de que la primera cinta de El padrino llegara a los cines, se celebra más que a una película de mafiosos. Se celebra una obra que ha sabido mantenerse vigente a través de los años y que ha servido de inspiración para otras producciones, como El irlandés o Los Soprano.
FUENTE: Elaboración propia - REDACTOR: Kimberly Herrera || INFOGRAFÍA / FRANCELA ZAMORA.