Los trapos sucios alrededor del fallido matrimonio de Johnny Depp y Amber Heard no dejan de salir. Un mediático juicio, que se realiza actualmente en una corte de Virginia, Estados Unidos, ha expuesto hasta los detalles más íntimos y sórdidos de lo ocurrido a lo interno de un hogar que parecía de ensueño.
Audios reveladores, imágenes impactantes, acusaciones de violencia doméstica, drogadicción, alcoholismo y testimonios dolorosos solo son parte de la evidencia expuesta en el debate y que muestra una realidad que no se podía vislumbrar entre las elegantes alfombras rojas y las cariñosas fotografías de la pareja de famosos actores, quienes siempre aparecían en público sonriendo y abrazándose entre el 2015 y 2016, tiempo en el que estuvieron casados.
Depp decidió demandar a Heard por difamación luego de que ella publicara, en el 2018, un artículo de opinión en el diario The Washington Post, en el que se refería a la violencia doméstica de la que había sido víctima. Si bien en el texto la intérprete no se refería explícitamente al protagonista de Piratas del Caribe, el artículo salió a la luz pública justo cuando los medios hablaban de su polémico divorcio, que se dio solo 15 meses después de que el mediático matrimonio se concretara.
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Johnny Depp y Amber Heard llevan rato de estar en guerra. Infobae.
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Amber Heard y Johnny Depp estuvieron casados 15 meses. Ahora, en un juicio por difamación, ha salido a la luz pública la violencia que marcó su tiempo juntos. (La Nación/Argentina)
El juicio televisado comenzó el 11 de abril y, desde entonces, han quedado expuestas diariamente las escenas más intimas y desagradables de la expareja, en tanto que Amber y Johnny han hablado sin tapujos en la corte para tratar de imponer su versión. Mientras tanto, en las afueras del tribunal, los carteles y los gritos de los fans colman las aceras. En las redes sociales sucede parecido: cada noticia sobre la expareja obtiene cientos de comentarios en cuestión de minutos... al parecer, todos tienen algo que decir sobre este caso.
Lo cierto es que la vida íntima y privada de Depp y Heard dejó de existir y quedó expuesta una faceta muy diferente a la que muchos fanáticos se imaginaban cuando veían a Mera en Aquaman, o al Capitán Jack Sparrow en Piratas del Caribe. Esa vida idílica que juntos proyectaban frente a las cámaras y ante el público no era más que una imagen muy alejada de la realidad y que , como en muchos otros casos, parece más una construcción de relaciones públicas e imagen. Mostrarse siempre sonrientes y exitosas es un mecanismo de las celebridades ante la exposición constante que tienen en los medios y el interés que despiertan entre sus seguidores.
“Todos los seres humanos de alguna forma vivimos desde cuatro facetas. La primera es quién soy yo; la segunda es cómo me ven o me perciben los demás; la tercera es cómo creo que soy yo; y la cuarta es cuál es mi esencia realmente. Entonces, desde el punto de vista de las celebridades, cuyas vidas están expuestas a la opinión pública, es más probable que tengan que operar en la faceta del cómo me ven de los demás. Obviamente, no podemos dejar de lado que también son personas que viven del quién soy yo y del cuál es mi esencia como ser humano.
“En estos casos es importante tomar en cuenta que, estas personas, por decisiones de vida o vocación, toman el camino de trabajar en cine o televisión y están como puntos de observación de cualquier persona, porque son referentes...muchas veces eso rige su vida, sus comportamientos, sus conductas, porque hay mucho que observar: hay una vida privada que muchas veces es expuesta por la misma situación en la que están inmersas”, explica la psicóloga Leidyn Aguilar.
La presión social
Actualmente, el juicio de Johnny Depp y Amber Heard es quizá el tema de la farándula mundial que más genera interés. Sin embargo, no es el único.
Por ejemplo, un viaje de sanación a la India y un periodo de rehabilitación en una clínica de salud mental han sido parte de las novedades en torno a Will Smith, quien vio cómo se desmoronaba su carrera tan solo segundos después de que subiera al escenario de los premios Óscar 2022, el 27 de marzo de este año, para abofetear al comediante Chris Rock.
Haciendo un repaso de ese inolvidable capítulo en la gala de los premios de la Academia, el humorista hizo una broma sobre la alopecia de la esposa de Smith, Jada Pinkett, generando la molestia del ‘príncipe del rap’. Al escucharlo, Smith pasó de la risa al enojo en un instante e interrumpió a Rock para golpearlo ante los ojos de millones de televidentes de todo el mundo.
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La edición número 94 de los premios de la Academia debía ser una noche mágica para Will Smith, pues ganó el Óscar a Mejor actor. Sin embargo, él mismo se saboteó. (ROBYN BECK/AFP)
Esa noche debía ser una de las mejores de la vida de Smith, pues finalmente ganaba la codiciada estatuilla a Mejor actor. Sin embargo,su ataque a Rock provocó un huracán mediático. Tanto fue el escándalo, que Will renunció a su membresía de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, mientras que la organización le prohibió el ingreso a cualquiera de sus actividades.
“En el caso del señor Smith pareciera que la presión social y sus mismas circunstancias lo hicieron explotar. Se podría suponer que su estado anímico estaba alterado por algo más que toda esa presión, pero es algo que no se pueda demostrar. Hay un nivel de descontrol frente a la gran presión que tenía en vísperas de obtener su primer Óscar, la presión sobre la relación con su mujer -que no sabemos cuál es- y en ese sentido hay una sobre descarga”, detalló José Carlos Chinchilla, sociólogo de la Universidad Nacional (UNA).
Los días siguientes no fueron mejores para Smith. Todos querían opinar sobre su caso: hubo quienes lo defendieron, otros lo criticaron duramente. Lo mismo ha ocurrido con Amber Heard y Johnny Depp y su juicio.
Ante tanto interés surge la interrogante: ¿por qué tanta fascinación con las celebridades y sus vidas privadas?.
De acuerdo con los expertos, la gente en general suele opinar en estos casos por una sencilla razón: aunque no conoce a la persona detrás del artista, los personajes que estos han interpretado en sus carreras han calado en el público.
“Los actores se convierten como un producto que se construye y transmiten al espectador una serie de imágenes sobre quiénes son. Pero bueno, a veces, la gente suele confundir al actor con el protagonista de las películas y se va imaginando que el actor es muy parecido al de los filmes en los que participa, sobretodo aquellos en los que es simpático, agradable. Sin embargo, ellos no son en la vida real como sus personajes.
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Will Smith abofeteó al comediante Chris Rock en la edición número 94 de los premios Óscar. A partir de ahí, el otrora querido actor cayó en picada ante la opinión pública. (ROBYN BECK/AFP)
“Son personas que probablemente tienen tantos problemas como los que tiene la gente y, en ese sentido, el público espera que ellos afronten sus problemas con la misma capacidad que lo hacen en las películas. Ahí hay una sobreposición de la imagen creada del actor con su realidad. Esto genera mucho desencanto en la gente, porque se percatan que son personas que tienen vidas complejas, que no son perfectas, que tienen problemas como todo el mundo y que a veces no lo resuelven de la mejor manera”, explica Chinchilla.
El sociólogo agrega: ”Lo que pasa es que la gente llega a identificarse con los actores, las actrices y las celebridades en general. Hay una especie de transposición de realidad, que es que nos identificamos con esa otra persona, que la idealizamos al punto que la vamos a tratar de defender al máximo en lo que haga, porque no podríamos entender que esa persona idealizada haya caído en algo que las otras partes le achacan como violencia.
“Tratan de justificar cualquier acto a efecto de que no pierda ese carácter carismático que tiene. Nosotros, en la sociología, hablamos del carisma, porque la gente carismática es gente muy atractiva. A ese tipo de personas la gente le cree todo lo que dice, creen que son infalibles; pero cuando falla la gente no se tiende a percatar de que es un fallo”, asegura el experto.
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La caída en desgracia para el golfista Tiger Woods comenzó en el 2010, tras su divorcio de Elin Nordegren. Las revelaciones sobre sus multiples infidelidades dañaron la imagen del deportista. (JAMIE SQUIRE/AFP)
Y a pesar de que existe abundancia de noticias sobre celebridades y que los fanáticos tienden a tomar partido cuando hay disputas que involucran a figuras reconocidas, la psicóloga Leidyn Aguilar es enfática en que “no tenemos ningún derecho a juzgar” por lo que se ve en redes sociales o en la prensa, pues siempre habrá una vida íntima que difícilmente sale a la luz o detalles que son personales.
“Como seres humanos tenemos derecho a opinar, a tener nuestros propios criterios, pero el juzgar no es saludable; juzgar a esas personas sin conocer realmente cómo es su vida, cuál es su historia y cuál es su personalidad no está bien. Nosotros vemos desde afuera y observamos según esa percepción, pero realmente nosotros no estamos en el zapato de esa persona, independientemente que está haciendo algo que influencia positiva o negativamente. Al fin y al cabo, cada persona tiene su propia vida, su historia, sus propios problemas y sus propias vivencias.
“Nosotros, desde afuera, solamente estamos observando una parte, sólo estamos viendo lo que se nos proyecta y por eso es que hay un fenómeno interesante, que es lo que se expone en las redes sociales, porque en las redes sociales exponemos solamente una de las facetas: el cómo quiero que me vean los demás. Recordemos que para muchas personas el autoestima se basa en el tema del reconocimiento, eso es muy importante para muchas personas, pero no somos valiosos solamente porque nos admiren y nos reconozcan”, afirma.
Por ello precisamente es que las celebridades están expuestas a tanta presión, pues las personas están pendientes de su día a día. Según el sociólogo Chinchilla esto se puede ver reflejado incluso en su aspecto físico de ellos.
“Son individuos sometidos a grandes presiones en muchos aspectos. Por ejemplo, una muy importante es su figura física, pues son personas que tiene que tener un gran cuidado y eso los lleva, en muchos casos, a operarse, a tener un cuido personal muy fuerte, con grandes ejercicios... y eso es un problema, porque el ser figura pública está asociado usualmente a cierto estándar de belleza.
“Son individuos que, en general, tratan de ser consistentes en su vida pública, pero en ocasiones hay una presión tan fuerte que explota y provoca que en el caso de los juicios, por ejemplo, esa vida íntima termine siendo debatida y publicada en todos sus extremos, porque a las personas les interesa conocer al máximo cómo es esta gente”, detalla Chinchilla.
Problemas reales
Si bien los casos de Will Smith, Johnny Depp y Amber Heard han sido de los más sonados en lo que va de este 2022, años atrás han existido otras polémicas que giran alrededor de la fama y que han dejado al descubierto la vida no tan perfecta de cantantes, actores, modelos y deportistas.
Por ejemplo, Arnold Schwarzenegger y su matrimonio ejemplar de 25 años con la periodista Maria Shriver, se esfumó en el 2011, luego de que el actor y político admitiera que tuvo un hijo con Mildred Baena, la empleada doméstica que trabajaba para ellos. Se trataba de Joseph Baena, quien nació en 1997.
La mediática pareja intentó mantener en secreto su divorcio y las razones que lo propiciaron; sin embargo, en mayo de ese mismo año la noticia se difundió rápidamente. Desde entonces, Schwarzenegger ha mantenido una relación pública con su hijo Joseph.
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Joseph nació en 1997 y es hijo de Arnold y Mildred Baena, la antigua ama de llaves del exgobernador de California. La revelación del caso colapsó el matrimonio del actor. Instagram
Otro caso es el de Rihanna, quien fue víctima de violencia doméstica a manos de su expareja, Chris Brown. En el 2009 la cantante fue fotografiada con moretones y con un labio roto luego de que Brown la golpeara mientras estaban dentro de un vehículo. Según narró el mismo rapero, la artista originaria de Barbados lo vio junto a otra mujer y eso desató la ira de ella, quien comenzó a reclamarle de forma airada. Al final, él terminó golpeándola la noche previa a los premios Grammy y las fotos policiales de la artista ensangrentada se filtraron a los medios de prensa.
Brown se declaró culpable ante un tribunal de Los Ángeles y fue sentenciado a cinco años de libertad condicional y 180 días de labores comunitarias. Además, le dieron una orden de alejamiento por un año.
“Lo que hice es inexcusable. Se lo he dicho a Rihanna muchísimas veces y se lo digo a ustedes hoy: lo siento de verdad, siento mucho no haber sido capaz de gestionar esa situación de forma diferente y mejor”, dijo Brown en aquel momento.
Sin embargo, en el 2012, Rihanna lo perdonó y le dio otra oportunidad. De acuerdo con los medios internacionales, la relación no prosperó pues ella deseaba ser madre y él no quería hijos.
Otro astro cuya imagen pública se vio seriamente dañada fue Tiger Woods, luego de un accidente de tránsito ocurrido dentro de su mansión, en el 2010. Aquella vida perfecta que el golfista profesaba, simplemente dejó de existir cuando su entonces esposa, Elin Nordegren, le pidió el divorcio luego de que él estrellara su vehículo en su propia residencia y ella tuvo que ayudarlo a salir del auto pues estaba en estado de ebriedad.
La adicción al sexo, al alcohol, así como las múltiples infidelidades del millonario deportista comenzaron a salir a la luz, una a una, tras aquel incidente. Woods perdió patrocinios y se vio obligado a retirarse temporalmente de la vida pública.
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Chris Brown le propinó una golpiza a Rihanna en el 2009, cuando los cantantes eran novios. (ROBYN BECK)
Otro caso es el de la afamada actriz Amanda Seyfried, quien el año anterior confesó en el programa The Today Show que producto de la fama sufre ataques de pánico y ansiedad.
“Tu cuerpo simplemente entra en lucha o huida. La avalancha de endorfinas y la descarga que ocurre después del ataque de pánico es extraordinaria. Te sientes muy aliviada y tu cuerpo se recupera de alguna manera. Es muy extraño porque es fisiológico, pero empieza en tu cabeza”, dijo.
La actriz añadió que se esforzaba mucho por demostrarle a la gente que ella era una persona “normal”.
“No tengo a nadie que me despierte con el desayuno en la cama y no tengo chofer (...). Y cada vez que conozco a alguien nuevo, quiero que entiendan que pueden hablar conmigo. Quiero conectarme como todos los demás, porque soy como todos los demás”, aseguró.
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Amanda Seyfried quería que la gente la tratara como una persona normal y no como una famosa. (Zacharie Scheurer)
Al final, el hecho de ser famosos no les quita los problemas. Al igual que usted o yo, las celebridades enfrentan su día a día entre altibajos, pues su vida tampoco es perfecta... aunque a veces lo traten de ocultar detrás de una linda foto.