Si hay algo que Mario Montero puede afirmar es que tener una bolsa reutilizable hace 14 años era un lujo. Lo sabe porque hace poco más de una década emprendió un proyecto que al principio le costó posicionar.
Era una época en la que había menos conciencia sobre el plástico de un solo uso, pero Mario y su padre, Omar Montero, decidieron voltear su mirada hacia el ambiente.
“Al principio nunca imaginamos el camino que íbamos a tomar. Nosotros empezamos con un tallercito muy pequeñito y ahora estamos al frente de la empresa. Antes hacíamos un poco más de artículos, como loncheras, salveques, canguros y todo lo que tenía que ver con costura, pero cuando se abrió el mercado chino nos afectó y entonces optamos por hacer cosas más sencillas, como las bolsas”, comenta Montero.
Ambos están al frente de La Maquila, una pequeña empresa que se especializa en la elaboración de bolsas de cambrel. Esta es una tela no tejida hecha a base de plástico reciclado, importada desde Colombia. Se le aplica una enzima que la convierte en una tela no porosa que se degrada con el calor y no es contaminante.
LEA MÁS: Pese a sus detractores, la industria del plástico sigue creciendo
Ellos son pioneros en la elaboración de bolsas de este tipo en el país y se han ido profesionalizando ante un problema ambiental que ha tomado dimensiones insospechadas. Por ejemplo, las bolsas sencillas que elaboraban al principio ahora van acompañadas de diseños, o bien, logos que se estampan en serigrafía con una tinta especial que también proviene de Colombia, la cual no contamina.
Además, les dan trabajo a mujeres jefas de hogar que cuenten con una máquina, en zonas como Moravia, Guadalupe y Tibás. Ellas trabajan desde sus casas cociendo las bolsas.
Desde hace un par de años para acá, su producción se ha incrementado entre 300% y 400%, que se refleja en la fabricación de unas 350 mil bolsas al año.
“Es bastante para ser un mercado tan pequeño en Costa Rica”, aseguran.
Consciencia.
De acuerdo con el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) anualmente se vierten al océano alrededor de 13 millones de toneladas de plástico.
La problemática que enfrenta el ambiente también ha llegado hasta las grandes cadenas de supermercados del país. Las compañías han implementado la venta de bolsas reutilizables que contribuyen a darle un respiro al planeta y a su vez, educar a los consumidores. La estrategia ha generado buenos resultados hasta el momento.
“Yo creo que es importante decir que ha sido una cosa paulatina porque a nosotros nos interesa crear el hábito, pero no imponerlo y vemos con buenos ojos cualquier iniciativa, le puedo decir que es algo que se ha ido reduciendo (el uso de plástico) primero despacito y ahora en los últimos tiempos de manera más significativa”, comenta Silvia Pérez, encargada de Sostenibilidad de Auto Mercado.
La experta reveló que en el último trimestre, para cerca del 50% de las compras que realizan los consumidores en los 21 supermercados que tiene la cadena en el país, se utilizan bolsas reutilizables. En el local de Santo Domingo de Heredia es donde menos se utiliza plástico de un solo uso, ya que el 80% de las personas lleva su propio empaque, mientras que en Santa Ana es donde más solicitan, pues solo el 20% lleva su bolsa.
Existe el caso de Los Yoses y Multiplaza, donde este supermercado optó por no entregar bolsa del todo.
“La idea es paulatinamente ir dándoles más opciones de bolsas reutilizables a los clientes y otras formas de empaque que sean más sostenibles. Yo creo que más que una ayuda es una obligación, si hay algo que está relacionado al giro de negocio nuestro es eso y es algo además que podemos tener un impacto muy rápidamente, entonces lo vemos como una obligación, hacer todo lo posible para que sin afectar la experiencia de compra se les facilite hacer un gesto con el planeta”, agrega Pérez.
LEA MÁS: Costa Rica desecha 564 toneladas de plástico al día
La estrategia también es implementada por la cadena Walmart, en sus diferentes tiendas (que incluye Walmart, Palí, Maxi Palí y Masxmenos), con lo que han logrado sacar de circulación cerca de 23 millones de bolsas de un solo uso entre febrero y mayo de este 2019.
“Son muchas las personas que actualmente rechazan la bolsa plástica. Ahora es muy común que los clientes lleguen con sus bolsas reutilizables o las adquieran. Incluso hay algunos que prefieren llevarse todo en el carrito de compras y desocuparlo en la cajuela del vehículo o bien, están los que prefieren utilizar cajas de cartón”, detalla Mariela Pacheco, subgerente de Asuntos Corporativos de Walmart.
Pacheco agregó que como parte de la estrategia, en los Palí y Maxi Palí se cobran las bolsas.
De menos a más.
“Nuestra visión fue creer que en algún momento esto (las bolsas reutilizables) iba a ser algo que se iba a promover en Costa Rica”, afirma Francisco Zapata al observar en lo que se ha convertido Arte Moderno, empresa en la que labora.
Esta es una pequeña compañía que se encuentra en el centro de Heredia y fue creada hace aproximadamente cuatro años por la joven Stephanie Zamora, quien buscaba una forma de emprender, pero a su vez ayudar al ambiente. Encontró que las bolsas reutilizables le daban la oportunidad de hacer ambas cosas.
“Lo importante es que todos nos vayamos involucrando con este tema, no solamente es decir ‘bueno yo estoy aquí solamente para empresas que me quieren comprar de 1000 en adelante’, sino que yo pueda también ayudarles a todas las personas para que ellos puedan comprar pequeñas cantidades”, detalla la joven de 28 años.
El crecimiento de esta empresa ha sido constante y pasaron de utilizar una máquina casera, a tener un taller con máquinas industriales con una capacidad de producción de 5000 bolsas a la semana. Allí se confecciona el producto desde cero, con una tela biodegradable, no lavable (si se lava se desintegra) que poco a poco va desapareciendo.
Actualmente en Arte Moderno trabajan cinco personas, además subcontratan el servicio de mujeres costureras de la zona con frecuencia, principalmente porque en Costa Rica este es un mercado que se abre camino a pasos agigantados.
“Definitivamente ha ido incrementando la producción de bolsas. O sea, nosotros los costarricenses tenemos eso de que cuando sale algo de ayuda ambiental, apoyamos el proyecto, es decir, sí creemos en esas cosas y en el ambiente, de hecho los comercios quieren educar a la gente de que use la bolsa. Es que es algo que tenemos que utilizarlo todos, es educar a la gente a que cuando va al supermercado lleve su bolsita, cuando va a comprar a la feria que ande con sus bolsitas y no tenga que usar la bolsa plástica que desgraciadamente uno la usa y la bota y eso nos cuesta 2000 años para que se desintegre”, destaca Zapata.
Largo camino.
Las propuestas en Costa Rica para que el plástico de un solo uso sea prohibido por ley se iniciaron desde el 2010, cuando el diputado del Frente Amplio, José María Villalta, presentó a la corriente legislativa un proyecto para modificar la Ley para la Gestión Integral de Residuos Sólidos.
La iniciativa contemplaba prohibir el uso de bolsas plásticas desechables en establecimientos comerciales de manera gradual, es decir, a un plazo de aproximadamente dos años. El proyecto logró avanzar hasta el Plenario Legislativo, donde se votaría el año anterior, sin embargo, el plazo para discutir el documento se venció y fue archivado a finales del 2018.
“Tenemos una gran contradicción, porque somos un país que ha sido reconocido internacionalmente por nuestra vocación conservacionista, por los parques nacionales, por la protección que hemos hecho de nuestras riquezas naturales, pero al mismo tiempo tenemos un pésimo desempeño en lo que es el manejo de residuos, tanto manejo de aguas residuales y cuerpos de agua, como en la gestión de la basura y en todo lo que son las formas más avanzadas del manejo de los residuos. Si a nivel internacional se evaluara la forma en que manejamos los residuos, no se podría decir que no somos muy verdes”, aseveró Villalta.
El legislador volvió a presentar la iniciativa, bajo un nuevo expediente (21.027) con el propósito de que se pueda discutir en poco tiempo, tomando en cuenta que el proyecto inicial y que fue archivado, ya contaba con la viabilidad suficiente para ser discutido en el Plenario. Actualmente se encuentra en la Comisión Especial Permanente de Ambiente del Congreso.
“Yo creo que ha sido un tema polémico. En la Asamblea Legislativa anterior estuvo a punto de aprobarse y faltó un poquito más de tiempo, creo que esta es una Asamblea donde hay diputados que tienen consciencia sobre este tema y estamos cerca de poder aprobarlo, hay señales positivas y lo que falta es el empujón final de la ciudadanía; que la ciudadanía que está preocupada por este tema ejerza más presión sobre diputados para que se concreten estas reformas. Creo que sin duda es urgente”, afirmó el legislador.
Pero esta no es la única iniciativa de ley que se encuentra en el Congreso y que tiene como fin eliminar el plástico de un solo uso en Costa Rica. A principios de este año varios diputados, encabezados por la legisladora del Partido Acción Ciudadana (PAC) Paola Vega, presentaron el proyecto de Ley para Solucionar la Contaminación de Residuos Plásticos, que tiene como fin la sustitución de plásticos de un solo uso por alternativas compostables, renovables y reciclables, tomando en cuenta una transición de hábitos de consumo para avanzar en la gestión integral de residuos sólidos.
Esta iniciativa contempla incluso la creación de impuestos verdes, para desincentivar el uso de plástico de un solo uso.
Además, el diputado del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC) Erwen Masís presentó recientemente un proyecto de Ley para Combatir la Contaminación por Plástico para Proteger el Ambiente. Este busca, entre otras cosas, prohibir la comercialización de bolsas y pajillas de plástico, siendo el Ministerio de Salud el encargado de establecer y certificar el material como no degradables, biodegradables o hidrodegradables.
Necesidad.
De acuerdo con Martin Jersonsky, dueño de la compañía Eco Factory y experto en el mercado de las bolsas reutilizables en Latinoamérica, esta es una tendencia que va en aumento no solo porque son amigables con el ambiente, sino porque se convierte en un artículo sustentable, que se puede utilizar con frecuencia.
No obstante, afirma que es importante educar a la población sobre el uso de los empaques reutilizables, de allí la importancia de que las bolsas de un solo uso estén prohibidas por ley.
“En general, es muy difícil generar un cambio de hábito solo por consciencia, en general el puntapié inicial lo tienen que dar las legislaciones y los estados. Es verdad que en el caso de las bolsas, el cambio de hábito y tener que llevar una bolsa al mercado cuando antes nos la daban ahí mismo, requiere de cierto aprendizaje”, asegura.
Jersonsky afirma que se requiere de aproximadamente seis meses para que toda la gente que antes iba de compras sin bolsa, lleve al supermercado, a la feria, o a los diferentes comercios a los que va de compras, su propia bolsa.
Asimismo, el experto revela que por cada hogar son necesarias al menos 20 bolsas reutilizables, para las diferentes necesidades o actividades que se llevan a cabo diariamente en una casa.
“Cada bolsa reutilizable dura en promedio unos 200 usos, con lo cual a lo largo del primer año probablemente quien haya comprado menos bolsas va a empezar a reemplazar alguna que otra unidad”, explica.
Mientras tanto, los pequeños empresarios ticos apuntan a que el crecimiento en la venta de las bolsas amigables con el ambiente continuará y por ende el aumento de la producción de su trabajo.
“Hay que creer en lo que uno hace, creer en el proyecto que uno tenga, eso para mí es primordial y soñar con llegar a ser una empresa muy grande. Hace cuatro años nadie pagaba un cinco por una empresa que hiciera bolsas porque nadie creía en este emprendedurismo y ahora creemos que es un buen proyecto”, finalizó Zapata.