No pudo guardar más silencio; imposible callar sus sentimientos pese a su condición de muro de concreto. Así que un día el muro se destapó y gritó: “Cuando sea grande quiero ser niño”.
La voz de que existía un muro parlante corrió por doquier, y entonces muchas paredes se unieron a la expresión verbal de pintura negra sobre un fondo blanco.
En Alajuela uno dijo “ Nos hicimos uno al otro en la dulce celda oscura de tu vientre ”; en Pérez Zeledón, otro sugirió “Te invito a sonreir, yo pago...”; en Naranjo, “Nací solo para verte llegar a mí”; y en San Pedro, “Nunca es tarde para nacer de nuevo, para amarte”...
Los muros callejeros tomaron la palabra y declararon a Costa Rica en “Estado de poesía permanente”.
En esta revolución, las paredes tienen como aliado a un grupo de jóvenes, que ha adoptado la misión de compartir imaginación, arte y sus propios sentires con los comunes y corrientes transeúntes urbanos.
Se llaman Acción Poética y su labor consiste precisamente en impregnar la vía pública con mensajes contenidos en poemas, canciones, cuentos o en reflexiones políticas de unidad.
La agrupación está conformada por unas 30 personas de distintas regiones de Costa Rica. Empezó en Puntarenas en enero de este año, mas sus grafitis ya se han expandido por los callejones y parques de varias comunidades. En total llevan diez muros pintados.
Óscar Umaña, de 23 años, es uno de sus integrantes. Él explica que Acción Poética es un movimiento mundial que nació hace 16 años en México, como iniciativa del artista Armando Alanís Pulido.
Ahora el proyecto camina por las paredes de decenas de naciones, como Argentina, Ecuador y Honduras.
La reglas son pocas, básicamente tener la autorización para rayar el muro y utilizar el mismo formato siempre: letras negras sobre fondo blanco, para conservar la unidad.
Las frases son seleccionadas por el responsable de la “pinta”. Algunas veces son pensamientos propios, otros prestados; por ejemplo, del grupo Malpaís , del cantautor Adrián Goizueta o del activista Martin Luther King.
Acción Poética Costa Rica tiene una perfil en Facebook con más de 23.000 “me gusta”, allí usted puede integrarse al grupo, proponer un muro para “intervenir” o sugerir un texto.
La idea, explica Óscar, es embellecer y educar a la ciudad a punta de literatura; no con vandalismo ni ofensas, sino con imaginación y acción. Ya lo dice uno de los muros revolucionarios, ubicado en Santa Ana: “Lo preocupante no es la perversidad de los malvados, sino la indiferencia de los buenos”.