El equipo Paris FC logró su ascenso a la Ligue 1 de Francia y revivirá el clásico de la capital francesa ante el PSG.

Sin embargo, la gran noticia que generó la atención de aficionados de todo el mundo es la cercanía entre los estadios de ambos clubes: están separados por apenas una calle.
El Parque de los Príncipes, que fue la casa de jugadores como Messi, Neymar y hasta Keylor Navas, se ubica a solo unos metros del Estadio Jean-Bouin, cruzando la Rue Claude Farrèreal, al oeste de la ciudad de las luces.

Para ir de uno a otro basta con caminar unos cuantos pasos. En el planeta futbolero hay muy pocos ejemplos similares; por ejemplo, en la ciudad de Avellaneda, en Argentina, los estadios de los grandes rivales, Independiente y Racing, están ubicados a 400 metros.
Aunque afortunadamente el balompié francés no está golpeado por la violencia que sufre Argentina (donde los aficionados visitantes tienen prohibida la entrada) sigue siendo muy llamativa la proximidad de las dos sedes de París.
El estadio del PSG tiene capacidad para 49.000 espectadores y fue el principal recinto de la ciudad antes de la construcción del Grand Stade para el Mundial de Francia 98. El Jean-Bouin, hogar de Paris FC, es mucho más pequeño, con aforo de 20.000 personas, y también se utiliza para rugby, un deporte altamente popular en ese país.
Paris FC llega a la máxima categoría tras quedar en el segundo puesto de la Ligue 2, a falta de una jornada.
Su gran figura no está en la cancha ni en los banquillos: es el principal accionista, Bernard Arnault, el hombre más rico de Europa y presidente del conglomerado de lujo LVMH, que agrupa a marcas como Louis Vuitton, Tiffany y Christian Dior.
Arnault y su familia adquirieron el 55% de las acciones del Paris FC en noviembre del año pasado. En apenas seis meses, cosecharon su primer gran éxito, aunque obviamente ya en ese momento la temporada iba bien diseñada.
La llegada de Bernard Arnault y su familia al balompié parisino anuncia un duelo de multimillonarios contra los jeques dueños del PSG: las joyas de Louis Vuitton retarán a los petrodólares de Catar.
