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Pese a que en 10 años construyó y manejó un vasto imperio con interese directos o indirectos en clubes de futbol, Minor Vargas terminó sin solo equipo en Primera o Segunda División.
Vargas asumió la presidencia de Saprissa el 18 de octubre del 2001 y afirmó que se pondría un salario de $5.000 porque como profesional no tenía otros ingresos y se dedicaría, a tiempo completo, al puesto. Fue el primer dirigente costarricense en tener suelto pagado por un club.
Ya el 19 de enero del 2011, cuando fue arrestado en Estados Unidos, además de Brujas y Barrio México (antes llamado Liberia Mía), tenía intereses en varios equipos de Segunda, como Cartagena, Ramonense, Turrialba, Belén, Desamparados y el verdadero Barrio México.
Brujas pasó a convertirse en Orión, cuyo dueño ahora es Juan Luis Hernández Fuertes y está en Segunda. Barrio México fue expulsado de la Unafut (liga de equipos de Primera División) el 2 de marzo del 2011 y desapareció.
Vargas construyó un estadio con grama artificial, el ST Center, en Santa Teresa de Aserrí, el cual sería la casa de Brujas y alquilaría para balancear sus finanzas.
Más inversión. También administró otros escenarios deportivos como el José Joaquín Colleya Fonseca, en Guadalupe y el Jorge Hernán Cuty Monge, en Desamparados, a los que instaló gramilla sintética.
Para ello, firmó convenios que tienen una duración de 10 años con la municipalidad respectiva.
Sus hijos todavía manejan el ST Center y el Colleya, pero el Cuty fue recuperado por la Municipalidad de Desamparados tras un largo litigio con el español Juan Luis Hernández Fuertes, dueño de Orión, equipo que antes era Brujas y hoy está en la Segunda categoría.
En el ST Center trabajan seis personas, según informó el encargado, Luis José Herra. En el Colleya lo hacen cinco, indicó Roy Fallas.
Vargas colocó canchas artificiales en estadios como el Carlos Ugalde de San Carlos, Juan Gobán, en Limón y Joaquín Quincho Barquero de Paraíso.
Pero los intereses de Vargas no se limitaban a equipos y estadios. A él pertenecía el grupo Ícono, el cual editaba una revista deportiva y era dueño de la litografía Edisa. También tenía intereses en la empresa S y N, la cual se dedicaba al mercadeo y promisión de artículos varios.
En total, antes del arresto Vargas tenía más de 120 empleados directos. Un exfuncionario que asistió a la fiesta de Navidad del 2010 recordó ayer que en dicha actividad se giraron invitaciones para esa cantidad y que todos era empleados de la empresas del dirigente.
