Fue un partido cerrado. Ambas no dieron ni pidieron tregua. Solo una podía alcanzar el cetro. En un duelo parejo, el descuido marcaría a la vencedora. Así fue.
La croata Ivana Abramovic ganó el primer set, mas no pudo rematar en el segundo: con cuatro puntos de quiebra, permitió el respiro de su rival, la alemana Carolin-Ann Basu, quien lo emparejó y obligó a la muerte súbita: un dramático 8-6 en esa instancia, que obligaba a jugar un tercer y decisivo set.
Ahí se impuso Basu, de 16 años. Cerca de la medianoche, la rama femenina de la Copa del Café tenía su campeona. Los parciales del juego registraron marcadores de 3-6, 7-6 y 6-4.
El agotamiento jugó
El cansancio de Abramovic también hizo su parte. Ella ya lo había advertido, tras vencer a Martina Mueller: estaba muy cansada, dado el trajín de las tres últimas semanas, donde participó en otros tantos torneos fuertes. "Me siento muy cansada. Pero espero ganar". No se le dio.
La mella en su condición física fue evidente en el cierre del juego, que por un poco más de dos horas y media, atrajo la atención de los presentes. Las fuerzas le fallaron a la croata, de 15 años, y se aprovechó Basu.
Antes, consciente de su desgaste, Abramovic se dedicó a la volea alta para mantener a su rival en el fondo. Sin embargo, la alemana siempre encontró la forma de ir a la red para castigar a su rival.
En el tercer set las cosas iban parejas. Pero la quiebra del servicio de Basu a Abramovic decantó la suerte -y el favor del público- a favor de la primera. Más entera físicamente, se alzó con los halagos en mujeres de la Copa. A Ivana solo le quedó la resignación.
"Ivana jugó muy bien. Fue un juego duro en extremo, porque ella jugaba la bola larga y no cometía errores", sostuvo Carolin-Ann, minutos después de la épica batalla.