Hacer un juego perfecto en boliche es como pegar de jonrón en ocho lanzamientos seguidos. Una proeza.
Bueno, no para todos, porque el estadounidense Sean Rash ha conseguido 19.
Un juego perfecto es derribar los diez pines en cada lanzamiento, 12 veces seguidas.
Con ello se garantiza el triunfo en cualquier torneo pues es muy difícil que dos lo hagan al mismo tiempo.
De espíritu inquieto, mirada vivaz y con un español de aprendiz, este joven de 19 años de edad es un verdadero príncipe de las chuzas.
Nativo de Alaska, empezó su relación con los boleramas a los cinco años, cuando sus padres cultivantes del boliche lo llevaban para que mirara sus partidos.
"Mejoré mucho cuando asistí a la escuela de boliche en Kansas", donde pasó a residir tiempo después.
De los juegos perfectos, Rash recuerda con especial cariño el primero que logró.
"Tenía solo 13 años y lo conseguí en mi Alaska natal", recordó ayer en el bolerama Metro Bowl, de Escazú.
Allí, Sean participa en el campeonato Panamericano Juvenil. Ayer, en el evento individual derribó 1.308 pines.
Con ello se apuntó un promedio de 218.
Pero mira con optimismo el futuro. "Para mí, lo más importante es el estudio", confesó el futuro administrador de negocios.
Otra ilusión que acrisola en su mente es que el boliche sea aceptado como deporte olímpico y, luego, convertirse en jugador profesional.