El Sao Caetano de Brasil se adueñó anoche de la fiesta preparada por el Olimpia de Paraguay por el centenario de su fundación, con una victoria a domicilio por 1-0, en el partido de ida de la final de la Copa Libertadores.
Ailton (61í), con un golpe de cabeza, dio la victoria a un equipo que de esa forma se ha situado a un paso del título pues llega con ventaja al partido de vuelta, que se disputará el próximo miércoles 31 en Sao Paulo.
Al contrario de lo que se esperaba, el equipo visitante se plantó mucho más rápido en el campo de juego con base en una buena tarea de rotación de Aílton, quien esquivó el marcaje de Enciso y distribuyó pases a placer para Somália, por el centro, y Robert, por el sector derecho.
El tranco lento del Olimpia para la salida facilitó en gran medida el predominio del Sao Caetano en el centro del campo, donde el equipo local perdió el control del balón, lo que posibilitó que dispusiera de varios remates a puerta desde la parte frontal.
Salvo algunas jugadas individuales de Miguel Angel Benítez, el Olimpia careció de claridad para inquietar al corpulento portero Silvio Luiz, el uruguayo Sergio Orteman no tuvo efectividad por la derecha y el argentino Gastón Córdoba se enfrascó en un mano a mano con su marcador por el lado izquierdo del ataque.
Tampoco el goleador Richart Báez estuvo inspirado y antes de que pudiera acomodarse ya tenía encima al menos dos o tres rivales. La excepción en el Olimpia la marcó el centrocampista Juan Carlos Franco, con algunos potentes disparos de media distancia.
En la segunda parte, el Olimpia ingresó como una tromba y trató de arrollar a su rival, que se replegó un tanto para esperar el momento adecuado para tratar de sorprender a los contraataques.
Pese a disponer de mayor espacio y el control de las acciones, al equipo que hoy conmemora los 100 años de su creación se le tornó cuesta arriba el partido ante el ordenado esquema defensivo impuesto por el Sao Caetano.
En un letal contraataque, el lateral derecho Russo hizo un caño a un defensa olimpista, colocó un centro que tras rebotar en el palo fue cabeceado por Aílton a un costado del portero Tavarelli.
A partir de ese momento, los nervios comenzaron a aflorar en las filas del Olimpia, que a esas alturas ya soportaba la rechifla de sus seguidores.