El alero Tim Duncan y el pivote David Robinson retomaron el camino del triunfo para los Spurs de San Antonio, que vencieron anoche, 96-89, a los Knicks de New York en el cuarto partido por el título de la NBA.
El triunfo dejó a los Spurs con ventaja de 3-1 en la serie al mejor de siete y podrían conseguir su primer título de liga el próximo viernes, cuando se dispute el quinto partido en el Madison Square Garden.
Las "Torres Gemelas", Duncan y Robinson, volvieron a ser el factor principal de la victoria de los Spurs al combinarse para 42 puntos, 34 rebotes y 22 asistencias.
Duncan recuperó su condición de mejor jugador de la NBA, al conseguir 28 puntos, 9 de 19 tiros de campo y 10 de 12 desde la línea personal, 17 rebotes y tres tapones para dominar por completo a su marcador Larry Johnson.
Robinson se convirtió una vez más en el baluarte defensivo que necesitó el equipo en los momentos decisivos, gracias a su contribución de 14 puntos con 17 rebotes y cuatro tapones, que reafirmó su dominio debajo de los tableros.
Pero el factor que al final inclinó la balanza a favor de los Spurs fue el apoyo que las "Torres Gemelas" tuvieron de los tres jugadores que los acompañaron en el quinto titular.
El escolta Mario Elie, con 18 puntos, junto con el base Avery Johnson, que consiguió 14, y el alero Sean Elliott, que aportó otros 14 tantos, hicieron posible el triunfo de los Spurs.
Mermados
Por los Knicks, esta vez su jugador estrella del tercer partido, el alero Allan Houston, que había logrado 34 puntos, se quedó con 20, 7 de 18 tiros de campo, mientras que el escolta Latrell Sprewell fue el máximo encestador con 26, pero sólo anotó nueve canastas de 22 intentos.
Los Spurs terminaron con un 46 por ciento de acierto en los tiros de campo, el 82 desde la línea de personal y el 33 en los triples, capturaron 48 rebotes y perdieron 17 balones.
Los Knicks se quedaron con un 41 por ciento en los tiros de campo, el 76 desde la línea de personal. Además, sólo lograron 34 rebotes y perdieron 11 balones.
Al descanso, los Spurs, con 14 puntos de Duncan, habían establecido ya lo que iba a ser la pauta del partido con la ventaja parcial de 50-46, que les dio la confianza que necesitaban para superar la presión del ambiente que generaron los aficionados que llenaron por completo el Madison Square Garden.
Ningún equipo en la historia de la NBA, desde que se estableció el sistema de 2-3-2 en 1985, ha conseguido superar una desventaja de 3-1 sin tener la ventaja de campo.
Nueva York decepcionó en la recta final del partido, a falta de tres minutos, cuando se puso a dos puntos de San Antonio, mas falló una y otra vez en el enceste.
El trabajo de las "Torres Gemelas" fue vital en este aspecto, pues tanto Duncan como Robinson bloquearon encestes neoyorquinos que llevaban destino de red.
Los Knicks evidenciaron en este tramo incapacidad para controlar los nervios. Pérdidas de balones en zona de tiro, distracciones impensadas en figuras consolidadas y la ausencia de un hombre que llamara a la cordura y guiara al equipo, se combinaron para que la derrota frustrara el sueño de igualar la serie, para lamento de los aficionados presentes.