Oklahoma no está para cuentos de hadas, está para hacer historia. Shai manda: 34 puntos de un MVP sin miedo en el segundo partido de las finales de la NBA.
Este no fue un duelo más para Shai Gilgeous-Alexander, fue un manifiesto. El MVP de la temporada regular mostró su versión más cerebral, madura y dominante. 34 puntos, 8 asistencias, 5 rebotes, 3 robos y la sensación de que tenía todavía más en el tanque. Así, lideró la victoria del Thunder ante Indiana, 123-107, que pone la serie 1 a 1.
No hubo necesidad de heroicidades: Shai ejecutó, dirigió y empujó. Cada canasta suya fue una declaración de intenciones. Esta vez, no se trataba de brillar, sino de mandar.
Después de un mal primer juego, Chet Holmgren respondió con un primer tiempo brillante. Jalen Williams dejó atrás las imprecisiones. Y Aaron Wiggins, casi en silencio, clavó 5 triples en 8 intentos para sumar 17 puntos vitales.

El coach Mark Daigneault se atrevió con ajustes: alineaciones con dos grandes, más minutos en la banca, más versatilidad. Funcionó. Y cómo.
Esta vez Tyrese Haliburton desapareció: apenas 3 puntos en la primera mitad. Y sin él, los Pacers fueron un equipo desarmado. Su defensa perdió estructura, los triples dejaron de caer, y el juego colectivo se hizo humo.
Su único consuelo: se llevan un 1-1 a casa. Pero tendrán que jugar cerca de la perfección para ganar tres partidos más. La serie se traslada a Indiana. El miércoles y viernes, los Pacers tendrán que defender su casa… y su sueño. Pero el 1-1 no es una moneda al aire: Oklahoma parece haber tomado el control.
Shai ya habló. Ahora le toca a Haliburton.Las Finales están vivas. Y nadie quiere pestañear.
