Sin tener la mayoría de edad, los jugadores de la Selección Infantil recibieron la dura lección de lo que significa errar en un torneo mundialista.
Equivocarse una sola vez puede significar alistar maletas y regresar a casa. Una sentencia cruda pero real. La Sub-17 costarricense dio fe de ello tras caer 0-1 contra Bélgica.
Un servicio forzado del arquero Alejandro Barrientos hacia Daniel Villegas terminó en la anotación que sacó a la Sele del Mundial.
Villegas no tuvo más remedio que cometer falta frente al área y provocar el tiro libre que resultó fatídico para los intereses nacionales.
El europeo Dante Rigo fue el verdugo de una Tricolor que luchó y buscó la paridad, pero sufrió la impotencia de cincelar el muro defensivo belga hasta la fatiga sin tener éxito.
La anotación en el minuto 26 les abrió la puerta de salida a los pupilos de Popeye Herrera.
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Como el fútbol va más allá de un concurso de méritos, los subcampeones europeos se valieron de aquel despiste para sellar su boleto a semifinales y ponerle punto final a la aventura de los nuestros.
Los hombres vestidos de rojo sacaron espuela, jugaron con el reloj y por ratos metieron a los ticos en su telaraña hasta confundirlos en el campo. Y también sufrieron porque Costa Rica estuvo muy cerca de extender el pulso a la siempre tensa tanda de penales.
Los minutos finales fueron de absoluta congoja para los actores, ya que unos defendían con todo y otros de forma agónica se negaban a morir. El desenlace maximizó el único lunar del primer tiempo.
Digno adiós. La Infantil dejó una impresión positiva en la Copa del Mundo porque, pese a la corta edad de los muchachos, ellos respetaron los códigos de lo que significa sudar la camiseta nacional en una cita del orbe.
El equipo patrio dio muestras de orden, de querer dar espectáculo, de buscar el arco rival, de no arrugar la cara en la adversidad y sobre todo de no bajar los brazos antes de tiempo.
Lo demostró el zaguero Pablo Arboine cuando se lanzó al frente por el gol del empate, mas falló al rematar desviado en el minuto 82. Fue él mismo quien salvó a la Sele de recibir un golpe lapidario en el minuto 58.
También quedaron expuestos puntos por corregir, como la falta de precisión al servir el balón y la escasez de ideas para penetrar el cerco enemigo.
Al guardameta Barrientos le quedará la experiencia de que jugar al centro por lo general suele pasar cobros elevados. Y en ofensiva, la lectura de que no se puede perdonar tanto.
A fin de cuentas esta Infantil elevó el listón histórico en la categoría sub-17 y sembró esperanza de cara al futuro. No todo está perdido en divisiones inferiores.