Los últimos acontecimientos ocurridos con la Selección Femenina resultan injustos para las jugadoras que van al Mundial de Australia y Nueva Zelanda, para quienes quedaron fuera de lista y para la referente de todas, Shirley Cruz, a quien se le privó el derecho de luchar por un puesto en ese grupo final.
Ellas no tuvieron un partido de despedida, como suele ocurrir con la Selección Masculina. Y se les hizo una actividad en el Mall Oxígeno para cumplir los compromisos con algunos patrocinadores.
Los mismos aficionados que estuvieron ahí no necesitaron que nadie les contara nada. Al conocer mejor que nadie el ambiente del fútbol femenino, les resultaba fácil notar más caras de preocupación que de otra cosa, donde solo se respiraba tensión. Hasta el mismo rostro de Amelia Valverde así lo reflejaba.
Raquel Rodríguez y Melissa Herrera no escatimaron en decir que había estrés en todas porque faltaba la lista. Ante eso, ninguna disfrutó el momento, que era su momento.
Y eso es injusto con esas muchachas que han hecho mil sacrificios por ese sueño.
Si los organizadores pensaron que esa despedida para todas era un respeto al grupo, se equivocaron.
Era más lógico que se anunciaran las 23 elegidas primero y que después de pasar ese último filtro, las convocadas pudieran festejar con la afición, compartiendo su alegría, con esa cercanía que siempre suelen tener las protagonistas del fútbol femenino con la gente.
Pero no pasó así. Estoy segurísima de que Noelia Bermúdez, Lixy Rodríguez, Carolina Venegas y las otras muchachas que no acudirán al Mundial hubiesen agradecido al menos esa cortesía de no hacerlas ir a una despedida que en realidad no era para ellas.
Habría sido menos incómodo para todas y hubiese sido una verdadera despedida para Daniela Solera, Priscila Tapia, Génesis Pérez, Mariana Benavides, Fabiola Villalobos, Valeria del Campo, María Paula Coto, Carol Sánchez, María Paula Elizondo, Gabriela Guillén, Katherine Alvarado, Gloriana Villalobos, Emelie Valenciano, Mariela Campos, Cristin Granados, Raquel Rodríguez, Alexandra Pinell, Skeika Scott, Priscila Chinchilla, Melissa Herrera, Sofía Varela, Catalina Estrada y María Paula Salas.
Eso era lo que merecían las 23 futbolistas que este sábado llegarán de madrugada al aeropuerto para subir al avión mundialista. Y era lo más digno como un gesto de solidaridad para quienes quedaron fuera.
De verdad que fue una injusticia con todas ellas en la Selección Femenina.
