“Hoy no fue mi mejor partido pero pude meter el gol que ayudó al equipo”. El propio Joel Campbell definió en una frase su participación de este miércoles en Kingston, Jamaica, donde volvió a ser indispensable para una Selección que sin él, probablemente contaría otra historia. Por ahora, se mantiene en franca lucha por un boleto a Catar 2022.
Campbell definió el destino tricolor, de la forma que él mismo reconoce: con un rendimiento lejano al mostrado últimamente. Esta vez el delantero pagó la factura del esfuerzo hecho ante Panamá y México, se le notó cansado, sin capacidad para aparecer en toda la cancha, como sí lo hizo en el Nacional y el Azteca. Pese a eso, fue el futbolista más importante de un ataque que vive los mismos problemas.
Cuando más lo necesitó la Tricolor, ahí volvió a sobresalir, sacando su habilidad en medio del agotamiento físico y apenas unos minutos después de que Celso Borges fallara el penal que el mismo Joel había provocado. La cara de Luis Fernando Suárez fue, probablemente, el reflejo de toda la afición. Pasó de la incredulidad a una sonrisa de oreja a oreja, esa que Campbell sabe dibujar cuando se pone la camiseta de la Nacional.
El delantero acabó con la casi imposible tarea que estaba significando hacer un tanto a los jamaiquinos. No necesitó correr por toda la cancha, en esta ocasión le bastó recibir un buen pase de Borges y hacer uso de su talento, tanto en el regate como en el disparo, pegado al palo, preciso e imposible para Andre Blake.
Pero ni siquiera en esa situación, el MVP de la eliminatoria se echará flores encima, ni mucho recriminará algo. Hasta en el discurso, sacó su mejor versión.
“Es un trabajo en equipo, sí, Joel metió el gol pero había diez leones atrás marcando, corriendo, luchando y a mí me tocó la parte bonita que era meter el gol, pero es lo que me corresponde: ayudar a mis compañeros. Ellos se matan por mí atrás y yo me mato por ellos adelante”, comentó a Teletica Deportes.
Su anotación se celebró tanto con él como con Celso, dejando claro, explicó luego Joel, que el grupo asumió el “error” y la decisión de seguir buscando el partido.
“Si acierta uno, acertamos todos. Estamos luchando hasta el final, quedan tres finales, no nos hemos bajado, luchando contra todo, estamos vivos y ahora intentaremos en un mes sacar los resultados en casa para poder estar en Catar”.
Esa fue una de las características más importantes de la Sele, que a falta de fútbol no le faltó corazón. Con el 1-0 a favor protegió el marcador con inteligencia y al final obtuvo su premio. Incluso el mismo Campbell lograba sostener la pelota cuando su lenguaje corporal hablaba más que cualquier palabra.
Fue evidente que su capacidad para correr no era la misma, este miércoles no podía tomar el balón y hacer el pique adicional, la pared o el regate entre varios rivales. Ni los cobros de balón parado logró sacar ventaja. Y aún así, sabe que tiene otras armas: agallas y talento.
Sigue viviendo su mejor momento con la Sele, aunque eso tampoco saldrá de su boca. Joel solo piensa en Catar.
“Siempre he dicho que no hay mejores momentos, siempre intento dar las cosas, dar todo en la cancha, a veces me salen bien, a veces no tan bien, pero siempre pongo el talento al servicio del equipo”.
“La clave es enfocarnos en nosotros, hemos jugado partido a partido, final a final. Esto depende únicamente de nosotros, no tenemos que pensar en ningún otro rival, si sacamos los nueve puntos probablemente vamos a estar en Catar, y en eso tenemos que pensar”.
:quality(70)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/gruponacion/QVJTZRYOLFB2HIXKAVNUQYBCKM.jpg)
Joel Campbell celebró la anotación con la banca de la Sele. (RICARDO MAKYN/AFP)