Saprissa se dio un festín que le deja el boleto a semifinales de la UNCAF servido en bandeja.
Resultó demasiado sencillo. Porque esperábamos más del subcampeón de Honduras, Marathón, que ayer terminó entregado a su suerte, incapaz de encontrar respuestas ante los morados.
Ya el 2-0 del primer tiempo parecía una renta cómoda para los tibaseños. Mas con el fogonazo de Rándall Azofeifa y el toque final de Rónald Gómez Saprissa redondeó un 4-0 que huele a sentencia.
Hay equipos que se crecen cuando juegan con un hombre menos. Pero ese no es el caso del Marathón.
Los catrachos desaparecieron apenas Dennis Ferrera salió expulsado (minuto 28). Hasta ahí llegó la poca resistencia que pudieron presentar, cuando el marcador ya les era desfavorable 1-0.
Saprissa entendió que era momento de liquidar la serie y fabricó una paliza de cara al segundo encuentro, el próximo miércoles en San Pedro Sula.
Solo una catástrofe privaría a los morados de la siguiente ronda, en la que se enfrentarían al ganador de la serie entre Olimpia de Honduras y Suchitepéquez de Guatemala.
Anoche arremetieron contra su oponente apenas comenzó el partido, tal y como las leyes del futbol le sugieren al anfitrión.
La anotación de Andrés Núñez (quien materializó una gran combinación entre Wálter Centeno y Alonso Solís) señaló el camino indicado: tocar en el centro y buscar el pase en corto, hasta confundir a los zagueros visitantes.
Ventaja. Saprissa buscaba el segundo cuando Ferrera salió expulsado, por excederse en los reclamos al árbitro Nery Alfaro.
El hombre de menos terminó de desnudar las enormes carencias del Marathón. Era cosa de presionar un poco y sumar goles.
Los hondureños no presentaron mayor resistencia: ni individualidades en el ataque para marcar diferencia, ni dientes apretados en defensa para impedir que aquello fuera un colador.
Los catrachos se resignaron a contar goles en contra, y entendieron que era difícil vulnerar la portería contraria jugando con tal desventaja numérica.
Mas, Saprissa también se esforzó en aumentar las cifras y viajar a suelo catracho sin la presión de un marcador ajustado.
Solo que, en el aburrido segundo tiempo, los morados parecían conformarse con el parco 2-0.
Y ahí llegó Rándall Azofeifa. Primero con un fogonazo de largo que se coló al ángulo. Después, con un pase medido a Rónald Gómez, quien ya había anotado un gol y añadió el segundo a su contabilidad particular.
Hubo destellos de clase, y jugadas para buscar el aplauso en la gradería. En general, Saprissa fue muy superior.
El 4-0 deja las semifinales al alcance de la mano para los morados. Solo una catástrofe lo evitaría.