Lleida, 5 dic (EFE).- El entrenador del Lleida, Miguel Rubio, continuará en su cargo pese a que el equipo catalán ocupa la penúltima plaza de la Segunda división tras caer en casa ante el Valladolid (0-4) y después de acumular diez derrotas en quince jornadas.
Los escasos aficionados que acudieron al partido frente al Valladolid mostraron su indignación con la situación del equipo, pero el consejo directivo del club optó por no destituir al entrenador.
Se da por hecho que Rubio se sentará en el banquillo de La Rosaleda el próximo lunes ante el Málaga B.
Sin embargo, en el consejo de administración existen muchas dudas sobre la continuidad de Rubio, como denotaron las palabras del presidente, Miquel Pons, después del partido ante el Valladolid: el dirigente aseguró que confía en el técnico, pero no lo confirmó del todo en su cargo.
Pese a todo, la decisión final no la tomará el presidente, sino el consejero delegado de la entidad, Josep Menchón, previa consulta telefónica con el máximo accionista, Tatxo Benet.
Como ya apuntó el presidente, el consejo de administración está formado por nueve miembros, pero sólo cinco de ellos son efectivos. Tres (Francesc Biosca, Josep Maria Rubio y Xavier Roca) no tienen capacidad de decisión y el cuarto es el propietario, que no suele participar en las reuniones.
En estas circunstancias, Miquel Pons, Josep Menchón, Guillermo Prieto, Xavier Massana y Nacho Rivadulla son los que viven de cerca la catástrofe del club en todos los sentidos y serán los que decidan el futuro de la entidad a nivel deportivo.EFE
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